En total, solo 17 desfiles celebrados a lo largo de cuatro días, valieron para completar un programa bastante abarcable.
El cierre de este escaparate de la moda lo puso en la tarde del miércoles la casa italiana Valentino. El equipo formado por Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli, se desquitó de su tradicional toque romántico y etéreo y apostó por cortes claros, pero con un toque de cuento de hadas gracias a volantes y finas formas redondeadas.
Además de mini-vestidos de satén en negro, blanco o rojo con faldas de corte evasé, las modelos lucieron vestidos de cockail tipo Lolita. Uno de los que más miradas atrajo fue un vestido corto con la parte superior transparente.
Después, Jean Paul Gaultier se deleitó en el lujo: pieles y cuero, vaporosos vestidos de seda, oro, medias de rejilla y elegantes abrigos combinaron el look amazona con el "boudoir" francés.
La sorpresa de la pasarela llegó con la reina del burlesque Dita von Teese: apareció con un vestido negro de muselina que se fue quitando hasta quedarse con un corsé y liguero.