PASADA la medianoche de ayer, la titular de la Fech, Melissa Sepúlveda, y su par de la Feuc, Naschla Aburman, salieron a desmentir un eventual quiebre al interior de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), tras la polémica decisión de Aburman, quien el domingo pasado se retiró de una reunión del movimiento.

Sin embargo, la decisión, que ocurrió justo en la víspera del ingreso de la primera parte de la reforma educacional comprometida por el gobierno de la Nueva Mayoría, provocó una fuerte fractura en la dirigencia estudiantil.

Según quienes fueron parte de la cita de la Confech, Aburman dejó la reunión en el momento en que solicitó el respaldo unánime de los presentes para condenar todo tipo de violencia. Lo anterior, luego de que la estudiante de Arquitectura se encontrara con un panfleto que contenía amenazas en su contra y que fue pegado en la puerta de su departamento.

Antes de la asamblea, la presidenta de la Feuc sondeó entre los grupos mayoritarios en la dirigencia estudiantil -la Izquierda Autónoma, la UNE, el NAU y el FEL, al cual adhiere su par de la Fech, Melissa Sepúlveda- el respaldo a una declaración que leería en el plenario del domingo.

Quienes pudieron conversar con Aburman señalan que ésta pretendía levantar una condena debido a la amenaza que recibió en su domicilio. Los grupos mayoritarios le entregaron su anuencia.

No obstante, según asistentes al plenario de la Confech, Aburman agregó a esa declaración un claro rechazo a la violencia de la última marcha estudiantil. Que la titular de la Feuc no haya avisado de ese cambio provocó la molestia de algunos dirigentes, quienes optaron por retirar el apoyo comprometido.

Cercanos a Aburman descartan esa versión, y esgrimen que se quedó sola defendiendo una posición de rechazo a la violencia, matiz que también han manifestado otros dirigentes de la misma línea en el mismo espacio, como el hoy diputado Giorgio Jackson.

Ante el nulo respaldo -a excepción de las Juventudes Comunistas-, la líder de la Feuc optó por dejar la asamblea, justo cuando Sepúlveda detallaba las conclusiones de la jornada.

Producto de esta situación, anoche, la presidenta de la Fech, Melissa Sepúlveda, aseguró que el movimiento se mantiene unido y manifestó su apoyo a Aburman: "Rechazamos enfáticamente cualquiera de estas actitudes cobardes de estos sectores que no sabemos cuáles son, no sabemos cuáles son las motivaciones, pero eso nosotros no lo vamos a permitir porque entendemos que son amedrentamientos al movimiento frente a un proceso en el cual tenemos que mostrarnos más unidos que nunca".

Por su parte, la titular de la Feuc sostuvo que "el zonal metropolitano ha ratificado sus vocerías (...), entendemos que hay diferencias pero hoy aquí hemos resuelto las posturas que hemos mencionado".

En la ocasión, aprovecharon de ratificar los acuerdos adoptados en la asamblea del domingo, donde la Confech endureció su discurso frente a Eyzaguirre -"el proyecto fue generado entre cuatro paredes", dijo Sepúlveda tras la cita- y convocaron a los estudiantes a movilizarse en las afueras del Congreso este 21 de mayo.

Distancia evidente

Preocupada por la reacción al interior de la UC, Aburman envió un mail ayer explicando su salida de la cita de la Confech.

"Propusimos a la Confech aprobar una declaración que condenara la violencia, con el objetivo de preservar la sintonía con la ciudadanía chilena, o tomar una postura clara, porque creemos que en estos temas no debe haber matices", explicó la líder de la Feuc.

La estudiante de la UC se ha quejado con sus cercanos de la fuerte radicalización de la Confech hacia la ultraizquierda -casi un tercio de los representantes del organismo adhieren a esa tendencia-, al punto de recibir amedrentamientos constantes por su posición, más proclive que el resto a mantener abierto el diálogo con distintos actores. Entre ellos, el gobierno.

Ese matiz ha terminado marcando la relación que la presidenta de la Feuc mantiene con su par de la Fech.

Según quienes conocen la dinámica entre ambas, señalan que el trato, desde el primer minuto, ha sido "distante y frío", al punto de protagonizar, en repetidas ocasiones, tensos enfrentamientos.

El último de ellos sucedió en la reunión en que los dirigentes evaluaron la marcha estudiantil del 8 de mayo. Mientras Aburman pujaba por salir a condenar la violencia, Sepúlveda insistía en usar el tiempo para endurecer el discurso frente al gobierno.

Además, la líder de la Fech ha cuestionado el nexo que su par de la Feuc mantiene con representantes de Revolución Democrática, entre los que está Miguel Crispi, uno de los principales asesores del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre.

Con todo, a pesar de la invitación del titular del Mineduc a una mesa de carácter técnico, la Confech decidió no concurrir, postura que la Feuc tendrá que analizar en una reunión que sostendrán en la tarde.