Alemania selló el viernes su clasificación al Mundial de Brasil 2014 tras vencer por 3-0 a Irlanda. Los germanos, terceros en el ranking FIFA y seguros cabezas de serie en la cita planetaria, están a punto de completar una eliminatoria perfecta, ya que se adjudicaron el Grupo C de forma arrolladora. Hasta el momento están invictos, con ocho triunfos y un empate, a la espera de lo que pase el martes, cuando enfrenten a Suecia, de visita, en la última fecha.

"Nos hemos clasificado con claridad, con ocho victorias y un empate. Los chicos se merecen una pausa", dijo el técnico Joachim Löw, luego de conseguir los boletos y darles el fin de semana libre a sus jugadores.

La "Mannschaft" es la gran amenaza para los favoritos Brasil y España. Por algo acumula tres podios en los últimos tres Mundiales: subcampeona en Corea Japón 2002 y tercera en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Su liga local atraviesa por un gran momento. De hecho, en lo que va de la Bundesliga no ha habido ningún 0-0 y la última edición de la Liga de Campeones tuvo por primera vez una final entre dos clubes germanos: Bayern Munich, el monarca, y Borussia Dortmund, que eliminaron a Barcelona y Real Madrid, respectivamente.

Para muchos, el responsable de este crecimiento es Jürgen Klinsmann. El actual técnico de Estados Unidos -a los que ya clasificó a Brasil- fue el encargado de llevar a cabo una especie de refundación cuando asumió como seleccionador en 2004, en reemplazo de Rudi Völler.

La mayor parte de la generación que perdió ante los pentacampeones la final del Mundial en 2002 había quedado atrás, por lo que tuvo que buscar figuras jóvenes de proyección con miras a la Copa del Mundo que se desarrollaría en el país dos años después.

Junto con ello, empezó a cambiar la mentalidad y a romper los esquemas del fútbol teutón, dándoles un aire de modernidad, enfatizando en la presión en campo rival, la posesión, el ataque constante con futbolistas talentosos, de buen toque y técnica, y no sólo centrados en la fuerza o la agresividad.

Además, pidió a cada club del país que promoviese estos nuevos conceptos en sus divisiones inferiores. Philipp Lahm, Bastian Schweinsteiger, Per Mertesacker y Lukas Podolski son algunos de los nuevos nombres que aparecieron.

Pese a llegar a semifinales del Mundial 2006,  Klinsmann se fue de la selección y le dejó el cargo a su ayudante Joachim Löw, quien aún se mantiene en el puesto y ha continuado su obra.

En Brasil 2014, esta generación busca la consolidación y, quizás, sea la última oportunidad para muchos de ganar una Copa del Mundo, como para Miroslav Klose, quien intentará superar los 15 goles de Ronaldo en Mundiales y así transformarse en el máximo goleador de la Copa. Hoy suma 14.

Los alemanes atraviesan por su mejor momento, lo que se refleja también en la cotización de sus jugadores. En Sudáfrica, el valor del equipo era de US$ 190 millones, alcanzando el séptimo lugar entre los 32 mundialistas. Ahora la cifra es mucho mayor: US$ 451 millones, sólo superados por los US$ 626 millones que cuesta la plantilla de España.

De hecho, en el último mercado europeo se produjo el fichaje más caro de un futbolista alemán. Mesut Özil pasó del Real Madrid al Arsenal inglés por US$ 67 millones, transformándose en el jugador germano más caro de la historia.

Por lo mismo, la meta para el tricampeón mundial es clara y así lo asume Schweinsteiger, uno de los referentes: "Debemos ser los mejores del mundo".