Mientras Japón decidió reiniciar los reactores cerrados tras la debacle en Fukushima hace tres años, China está apostando por la energía nuclear para combatir la contaminación. En un intento por reducir la dependencia de los combustibles fósiles, el gobierno chino adelantó la fecha límite para construir el primer reactor de torio, un elemento radiactivo, y ha pedido a un grupo de investigadores de Shanghai que desarrollen el diseño de la planta para dentro de 10 años, en vez de los 25 del plan original. "Antes el gobierno estaba interesado en la energía nuclear por la escasez de energía", dijo Li Zhong, un científico que trabaja en el proyecto, al periódico hongkonés South China Morning Post. "Ahora están más interesados debido a la contaminación".
Este mes, el primer ministro chino, Li Keqiang, dijo que el gobierno había declarado "la guerra a la contaminación" y que las medidas para hacer frente al problema incluían el cierre de las centrales eléctricas de carbón, según la agencia estatal Xinhua. El año pasado, alrededor del 70% de la electricidad del país se produjo con centrales de carbón, según cifras del gobierno. Y pese a que los reactores nucleares chinos constituyen casi el 40% del total mundial, éstos generan menos del 2% del consumo eléctrico del país.
La Academia de Ciencias de China estableció en enero un centro de investigación avanzado en Shanghai -dirigido por Jiang Mianheng, el hijo del antiguo líder Jiang Zemin- con una inversión de 254 millones de euros. Su objetivo es buscar una alternativa a los reactores de agua alimentados por uranio, diseñados para los submarinos de Estados Unidos en la década de los 50, y crear una nueva generación de reactores de sales fundidas de torio que pueden producir menos residuos tóxicos, según el periódico The Telegraph.
"El problema del carbón ha quedado claro. Si el consumo medio de energía por persona se dobla, el país se asfixiará", dijo Li. "La energía nuclear ofrece la única alternativa al carbón, y el torio es una fuente de esperanza".
China tiene 20 plantas de energía nuclear en funcionamiento que utilizan uranio como combustible y otras 28 en construcción, según la Asociación Nuclear Mundial. El país no tiene suficiente uranio e importa grandes cantidades en su intento por reducir su dependencia de los combustibles fósiles. Durante los últimos dos años, China gastó 1.090 millones de euros en importar uranio, según la plataforma de inversiones Dealogic. Sin embargo, el torio es mucho más abundante. Jiang estima que China tiene suficiente torio para producir la electricidad que necesite en los próximos 20.000 años.
Los entusiastas del torio consideran que promete una energía más segura, más limpia y, en última instancia, más barata que el uranio. Además, es mucho más difícil de usar en armas nucleares. Una de las dificultades técnicas del torio es que la sal fundida produce productos químicos altamente corrosivos. La necesidad de tener que funcionar a temperaturas muy altas incrementa las preocupaciones sobre la seguridad.
Otros países, como EE.UU., han experimentado con reactores de torio, pero abandonaron sus intentos. Algunos expertos dicen que el interés en el torio como combustible de reactores se terminó perdiendo por limitaciones tecnológicas. Sin embargo, este interés ha revivido en los últimos años y hay proyectos de investigación en varios países, como Francia o Estados Unidos.
El reactor de torio no es la única tecnología que China está estudiando en su intento de mejorar su programa de energía nuclear. El Instituto de Ciencias Físicas de Hefei terminó la construcción de la plataforma experimental más grande del mundo para un reactor acelerador que quema combustible nuclear con una "pistola de partículas".