BP Plc acuñó el eslogan "Más allá del petróleo". El nuevo mantra de la industria podría ser "Más allá del petróleo y hacia el gas". Ah, y mientras tanto, "Abajo el carbón".
La reciente adquisición de BG Group Plc por US$70.000 millones es una importante apuesta de Shell a que el gas natural será su vaca lechera en el futuro.
El tránsito de la industria petrolera hacia el gas no es nuevo: después de todo, la revolución de la fractura hidráulica del esquisto está en su segunda década. Sin embargo, la decisión de Shell es una enfática confirmación de que algunos miembros de la familia de las grandes petroleras creen firmemente en que el gas tendrá un papel cada vez más importante en satisfacer la demanda de energía de países emergentes como China e India, que están tratando de ir abandonando el carbón, que es más contaminante.
"El gas probablemente supere al carbón como segundo combustible del mundo para fines de la década de 2020", dijo Jonathan Stern, responsable del programa de gas natural del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford.
El gas se presenta como el combustible preferido en todo el mundo porque es más limpio que el carbón y el petróleo, lo que ha llevado a la Agencia Internacional de la Energía a decir en 2011 que el mundo estaba entrando en una "edad de oro del gas". Con una decisión muy simbólica, China anunció el mes pasado que convertiría al gas a la última de las cuatro grandes centrales eléctricas a carbón de los alrededores de Pekín el año que viene.
En septiembre pasado, en una reunión de la industria petrolera paralela a una sesión de las Naciones Unidas sobre el calentamiento global, algunos de los principales productores del mundo se pusieron de pie para declarar que el gas les daba una enorme ventaja sobre el carbón en la batalla contra el cambio climático, según el sitio web Responding to Climate Change.
"Uno de nuestros aportes más importantes es producir gas natural y reemplazar el carbón en la generación de electricidad", dijo Helge Lund, entonces máximo responsable ejecutivo de Statoil ASA, mencionando cifras que mostraban que pasar del carbón al gas podía reducir a la mitad las emisiones del mundo.
Hasta hace poco, el carbón era la fuente de energía de más rápido crecimiento en el mundo, promediando una tasa anual de 5%. La AIE con sede en París pronosticó que la tasa se desaceleraría a 1% de 2012 a 2020 y luego a 0,3% en la década de 2020, a medida que China y otros países emergentes combatan la contaminación.
El máximo responsable ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, dijo en febrero que "el pasaje del carbón al gas natural" era necesario para luchar contra el cambio climático. "Cuando se lo usa para generar energía, el gas produce la mitad de CO2 que el carbón", declaró ante un público de ese sector industrial.
Para Shell, esta es la segunda operación centrada en el gas en otros tantos años. A comienzos de 2014, compró la empresa de gas natural licuado de la española Repsol SA por US$4.100 millones. El grupo anglo-holandés no es el único que apuesta al gas: Chevron Corp., BP, Total SA y Exxon Mobil Corp. también están realizando grandes inversiones en el combustible.