A una reservada cena en la casa del ex abanderado presidencial Marco Enríquez-Ominami llegó parte de la comisión política del Partido Comunista el miércoles 20 de diciembre.
El encuentro se produjo a pocos días de dos hechos relevantes que gatillaron la búsqueda de un nuevo camino al interior de la centroizquierda: la dura derrota del candidato oficialista, Alejandro Guillier, frente al opositor Sebastián Piñera y la decisión de la comisión política del PC de hacer todos los esfuerzos posibles para generar espacios de convergencia entre las fuerzas progresistas.
El lunes 18, los dirigentes de esta última colectividad se reunieron en la sede del partido para hacer un primer balance de la derrota que los relegará a partir de marzo a las filas de la oposición. En ese contexto, evaluaron como una necesidad -en medio de la nueva correlación de fuerzas en el Congreso- establecer relaciones institucionales estables con otros referentes políticos de izquierda.
La idea, cuentan dirigentes comunistas, es conformar una oposición sólida y capaz de construir, en el mediano plazo, una alternativa real para evitar que el proyecto de la derecha se perpetúe en La Moneda.
Es en ese contexto que dirigentes comunistas como Juan Andrés Lagos, Lautaro Carmona, Ricardo Solé, Javiera Olivares y Karol Cariola, entre otros, han tenido acercamientos, además del PRO de Enríquez-Ominami, con partidos y movimientos del Frente Amplio.
"Tomamos la determinación de generar un proceso de intercambio con las distintas fuerzas y expresiones que constituyen el Frente Amplio en el contexto de una convicción: nosotros creemos que por el resultado electoral y la proyección de futuro se hace del todo necesario hacer los esfuerzos para generar confluencias, generar acuerdos, generar consensos con todas las expresiones progresistas del país", explica Lagos, miembro de la comisión política del PC.
En el marco de esas conversaciones, afirma el dirigente comunista, ha surgido la idea de conformar un estatuto programático que ponga énfasis en las principales demandas sociales, con el fin de articular, en torno a esos acuerdos, a la futura oposición y, eventualmente, una futura alternativa de gobierno.
"Creemos que es factible avanzar hacia un estatuto programático en el mediano plazo, donde estén las grandes cuestiones que se requieren para la profundización y la consolidación de la democracia chilena, de los derechos y la justicia social", explica.
En el PC aseguran que una de las principales autocríticas que se han recogido en estos días tras la derrota en la carrera presidencial tiene que ver, precisamente, con el debilitamiento de la colectividad en algunos sectores del mundo social durante los últimos años en que fueron parte del gobierno de Michelle Bachelet. Así, dicen que se hace necesario volcarse nuevamente hacia ese espacio.
En ese contexto, se ha instalado la duda respecto de cuál es la política de alianzas que debe seguir el partido en los próximos años: si mantenerse junto al eje PS-PPD o mirar hacia fuerzas emergentes, como el Frente Amplio. En definitiva, será el próximo 13 y 14 de enero, en el pleno del comité central de la colectividad, cuando se dé una discusión de fondo sobre este punto. Debate que -en todo caso- ha comenzado a cruzar a todos los partidos oficialistas.
El debate en el FA
A la Fiesta de los Abrazos, tradición con la que el Partido Comunista celebra el inicio de cada año y que tendrá lugar el próximo 6 y 7 de enero, llegará el líder del Partido Humanista, Octavio González.
El gesto se da luego de que el dirigente sostuviera al menos dos reuniones con miembros del Partido Comunista. "Valoramos los acercamientos con el PC", dice González. Y agrega: "Estimamos que esos diálogos son importantes, no sólo por el tema legislativo, sino que porque hay una mirada país común que compartimos con el PC. Pero esto no puede ser de una forma forzada, debe ser un proceso natural".
La ofensiva de los comunistas no ha dejado a nadie indiferente al interior del Frente Amplio, ya que en ese bloque no hay consenso sobre cuál es la relación que quieren mantener con la colectividad liderada por el diputado Guillermo Teillier. Esto, sumado a que el nuevo conglomerado ha buscado posicionarse como un referente crítico de las coaliciones tradicionales y, en particular, de la Nueva Mayoría.
Así, a diferencia de la postura del PH y otros movimientos como Izquierda Libertaria, que se han mostrado abiertos a establecer relaciones con los comunistas de cara al gobierno de Piñera, en Revolución Democrática -vinculado a Giorgio Jackson- y el Movimiento Autonomista -vinculado a Gabriel Boric- han sido más cautos. De hecho, ambas colectividades declinaron sostener encuentros con dirigentes del PC esta semana.
El diputado Boric ya había hecho ver su postura al respecto el fin de semana pasado. "El PC tiene patrón histórico interesante. Cuando son oposición, son durísimos, pero cuando son gobierno, son moderados. Diálogo que debe ser político, sin indiferenciación de proyectos. El Frente Amplio no es balón de oxígeno para la Nueva Mayoría", escribió el parlamentario en su cuenta de Twitter.
Pese a los encuentros, en el Frente Amplio aclaran que son conversaciones preliminares y que están a la espera de resolver cómo llevar estas relaciones en las instancias orgánicas de cada colectividad e, incluso, a nivel de la mesa nacional. Además, desde el bloque descartan que con esto el PC esté buscando ser un puente entre el Frente Amplio y el resto de la Nueva Mayoría.
Sin embargo, en privado comentan que los esfuerzos del Partido Comunista por generar convergencias programáticas con el Frente Amplio podrían facilitar que naturalmente se genere una alianza política más concreta en el futuro.