A dos años de la celebración de los Juegos Olímpicos en Río, deportistas y organizaciones ambientalistas critican la contaminación de las aguas de la bahía de Guanabara, donde se disputarán varias pruebas. El asunto, además, tiene fuertes resonancias con los problemas que han afectado el desarrollo de la infraestructura destinada a  la Copa del Mundo, que incluso han significado la muerte de ochos obreros en la construcción y/o remodelación de los estadios.

Respecto de la bahía, un ícono de la ciudad y por tanto un punto expuesto a las críticas del público que asistirá al Mundial, hay mucha controversia debido a que se asegura que esa zona estará limpia a tiempo para los Juegos. Sin embargo, ni los deportistas que ya están entrenando, ni biólogos brasileños creen que será posible, según publicó ayer  The New York Times.

Las aguas son un inmenso basurero, con colchones, muebles, neumáticos, cadáveres de animales e incluso de personas, todo aderezado con el color marrón de aguas servidas no tratadas.

"Nunca he visto nada como esto", describe el regatista austríaco Nico Delle Karth, quien asegura que son las aguas más sucias en las que ha navegado, tan malolientes que hasta le da aprensión meter los pies para empujar su yate 49er al zarpar.

El regatista brasileño Thomas Low-Beer dice que la bahía puede llegar a ser "realmente desagradable, con cuerpos de perros en algunos lugares y el agua que se vuelve marrón por la contaminación de las cloacas".

Otro brasileño, Lars Grael (50 años), leyenda del deporte náutico en su país con dos medallas olímpicas, asegura que ha encontrado en la bahía cadáveres humanos en cuatro ocasiones.

Grael cree que las competiciones de vela durante los Juegos deberían trasladarse a algún resort.

La bahía tiene unos 412 kilómetros cuadrados y en su interior se encuentra el puerto de Río. El 80% de las aguas residuales de la urbe (6,5 millones de habitantes) no son tratadas y el objetivo de reducir esa cifra al 40% no se cumplirá para los Juegos, según The New York Times.

Se ha malgastado mil millones de dólares en los últimso años (corrupción mediante), y se han habilitado "ecobotes" para limpiar, pero en cantidad insuficiente. Por ahora, Río muestra su peor cara.