Una estratégica ciudad en la frontera entre Turquía y Siria es el nuevo frente de batalla contra el grupo autodenominado Estado Islámico. Kobani, un importante enclave kurdo en el norte de Siria, está parcialmente sitiado por los yihadistas.
Sus combatientes ingresaron a la ciudad el lunes, colocaron su característica bandera negra en edificios y colinas y tomaron el control de tres distritos tras enfrentamientos en las calles con los sirios kurdos.
El martes se informó que EI entró a otro distrito en el sur de la ciudad mientras continúan las incursiones aéreas dirigidas por Estados Unidos.
Unos 2.000 civiles huyeron hacia la frontera turca.
Ya son más de 160.000 sirios, en su mayoría kurdos, los que huyeron de la ciudad en las últimas tres semanas, cuando EI lanzó una ofensiva para tomarla.
Un funcionario local le dijo a la BBC este martes que la ciudad "ciertamente caerá pronto".
De lograr controlar Kobani, sitiada durante tres semanas, el grupo yihadista lograría dominar un largo tramo de la frontera entre los dos países.
Kobani fue la primera ciudad de la que tropas kurdas expulsaron a fuerzas del gobierno sirio y estableció su autonomía en julio de 2012.
Pero en las últimas semanas las fuerzas kurdas se han visto superadas por EI, que tiene tanques y otras armas pesadas.
No pudieron defender las colinas que rodean la ciudad y la lucha se trasladó a las calles.
Importancia simbólica
Los combatientes en Kobani han resistido avances de militantes islámicos durante más de dos años.
Los lugareños dicen que se debe a la importancia simbólica de la ciudad.
"Si uno lo mira desde un punto de vista geopolítico, Kobani podría ser nuestro punto débil. Pero Kobani es donde la voluntad de nuestro pueblo y la causa kurda es más fuerte", dice Polat Can, portavoz de la Unidad de Protección del Pueblo Kurdo.
"Ellos son de la misma tribu de kurdos que produce líderes y luchadores como el líder kurdo Abdullah Ocalan y el máximo líder del PKK Murat Karayilan", añade.
Salih Muslim, colíder del Partido de la Unión Democrática, el principal partido kurdo en Siria, asegura que la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra EI todavía no ha bombardeado efectivamente las posiciones del grupo.
"Es por eso que EI cree que es más seguro desplegar la mayor parte de sus fuerzas cerca de Kobani con el fin de protegerlos de los ataques aéreos", dice.
El dilema kurdo
Tal como señalan analistas, aunque Estados Unidos coopera estrechamente con los kurdos en Irak, aliados a Turquía, no se fía de potenciar a los kurdos en Siria, aliados con el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El PKK ha luchado contra el ejército turco desde hace tres décadas, aunque se ha observado un alto el fuego desde 2013.
El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, dijo que su país hará lo que pueda para evitar que Kobanicaiga en manos de EI, pero se abstuvo de comprometerse a una intervención militar.
Sus palabras llegaron después de una declaración del líder kurdo encarcelado Abdullah Ocalan, quien dijo que el proceso de paz entre Ankara y los rebeldes kurdos se caería si EI toma Kobani.
Funcionarios kurdos en Siria han dicho en repetidas ocasiones que no quieren que Turquía intervenga en el conflicto, pero han pedido una flexibilización de los controles fronterizos para permitir la entrada de otros kurdos a suministrar armas a los combatientes en Kobani.
Ellos también creen que Turquía está aliado con EI en un intento por evitar que los kurdos sirios obtengan más poder, una acusación fuertemente negada por Turquía.
Turquía se comprometió a prevenir que Kobani caiga en manos de los yihadistas y su Parlamento autorizó la semana pasada operaciones militares contra los militantes en Irak y Siria.
Pero, por el momento, no parece haber tomado ninguna medida.
"Turquía, una superpotencia regional con tropas y armas en la zona, parece extremadamente reacia a intervenir a pesar de la promesa del gobierno para hacer lo que sea necesario para evitar la caída de Kobani", explica el periodista de la BBC en el lugar, Paul Adams.
"Turquía se enfrentó en una sangrienta guerra contra el PKK, lo que ayuda a explicar por qué Ankara sigue profundamente reacia a comprometerse", añade.