Este año la muestra, que se presenta bajo el lema "ILLUMInazioni-ILLUMInations", cuenta con obras contemporáneas de 83 artistas y tres pinturas del maestro veneciano del Renacimiento Tintoretto. Una decisión con la que, según explicó la propia comisaria de la bienal, Bice Curiger, se pretende ligar la exposición con lo que está fuera de ella gracias a unas obras como las de este genio renacentista que, con su lenguaje visual "muy directo", permite establecer un "diálogo con el mundo contemporáneo".

La imagen, a través de sus diferentes formas, fotografía tradicional o digital, como en vídeo, corto, documental o película, adquiere una importancia capital en la transmisión del arte en la bienal veneciana. Un ejemplo de ello puede encontrarse en el pabellón alemán, galardonado hoy por el jurado con el León de Oro y en el que se recoge la obra del fallecido Christoph Schligensief, en una propuesta que a través del formato audiovisual revive su carrera, así como la experiencia de su enfermedad.

El recinto reproduce en su interior un oratorio, en cuyo espacio central se proyecta "A Church of Fear vs. The Alien Within", concebida en 2008 por el artista como la segunda parte de la trilogía dedicada a su enfermedad, tras varios meses de quimioterapia y de haber sido operado del pulmón.

En los muros laterales del pabellón, situado en el espacio de los Jardines de la Bienal, se reproducen seis películas de diferentes momentos de su carrera junto a otras que testimonian su proyecto "Opera Village", un complejo situado cerca de la capital de Burkina Fasso que acoge, entre otros, una escuela en la que se imparten clases de música y de cine.

La imagen también juega un papel fundamental en un pabellón como el de Chile, que con "Grande Sur", del artista Fernando Prats, lleva a Venecia el testimonio de la potente naturaleza chilena, como el terremoto que azotó hace poco más de un año el país o la erupción del volcán Chaitén en 2009.

Un proyecto que, según explicó el comisario del pabellón, Antonio Arévalo, llevó al artista a los lugares de la geografía chilena en los que la naturaleza "estalla o explota" y cuyas consecuencias el artista "calca" con sus papeles.

Prats documenta el proceso con un vídeo en el que se ve cómo recoge "las huellas" de estos fenómenos naturales.

Por otro lado, en esta bienal el arte demuestra una vez más que puede ser comprometido, como evidencian las bolsas rojas con letras blancas que se distribuyen en el marco de esta celebración artística y en las que se pide la liberación del artista chino Ai WeiWei, detenido por las autoridades de su país desde principios de abril.

Otra demostración de ese compromiso social puede verse en el pabellón de Dinamarca, que este año presenta el proyecto "Speech Matters", que incluye el trabajo de 18 artistas internacionales que exploran la complicada cuestión de la libertad de expresión.

Una de las propuestas que llama la atención del espectador es la de Taryn Symons con "Farah", la fotografía final que aparece en el film "Redacted", de Brian De Palma, en la que el cineasta narra la historia de cuatro soldados estadounidenses destinados a Iraq, que asesinan y violan a una joven y a su familia.

La fotografía de Symons, reconocida por sus trabajos en los que da voz a los oprimidos, es el último fotograma que aparece en la cinta de De Palma, y en él se ve el cuerpo de la joven Farah, interpretada por la actriz Zarah Zubaidi, tras su asesinato.

Asimismo, los 'Indignados' del movimiento 15M también encontraron un espacio en la bienal, con un grupo de jóvenes que hoy informaban de los objetivos y de los orígenes de esta movilización ante el pabellón de España.

Un acto ajeno a la propuesta artística española de este año para la bienal, pero para el que los manifestantes contaron con el visto bueno de los responsables del pabellón, que aceptaron que informaran de sus actividades al público que pasaba por el recinto.

En esta 54 edición, la Bienal de Venecia contará con un total de 89 participaciones nacionales, entre ellas, por primera vez, las de Andorra, Haití o Arabia Saudí y países como Idia, Irak, Sudáfrica, Costa Rica y Cuba, contarán con pabellones propios tras largos años de ausencia.