Hace un par de décadas era habitual que algunas personas que transitaban por el centro de Santiago pasaran a "vitrinear" a la Bolsa de Comercio de Santiago. Al centro del histórico inmueble -que le da nombre a un barrio de calles angostas y edificios con toque neoyorquino- estaba la rueda, un sitio ruidoso donde los inversionistas se agolpaban para conocer la marcha del mercado bursátil, en medio de los vítores de los corredores.

Hoy, el panorama es completamente diferente. La rueda está vacía y en el lugar reina un silencio casi sepulcral. La tecnología hizo que las corredoras pudieran transar en forma remota y trasladaran sus oficinas hacia el barrio El Golf, y que quienes invierten en acciones tampoco necesiten ir a la Bolsa para seguir el movimiento de sus inversiones.

Además, las sucesivas bajas del mercado, los escándalos financieros, cambios regulatorios, la salida de las AFP y la ralentización de la economía se confabularon para que la Bolsa chilena viva hoy uno de sus momentos más difíciles: las transacciones no consiguen levantar cabeza porque las personas se resisten a confiar de nuevo en el mercado y los inversionistas más tradicionales también le están haciendo el quite al mercado.

Los datos grafican esta tendencia: "El año pasado, las transacciones de acciones en la Bolsa alcanzaron los US$ 31.000 millones, lo que representa un 15% menos que el volumen transado en 2013 y un 31% menos que la cifra récord de US$ 45.000 millones, registrada en 2010", detalla Emiliano Villaseca, socio del multi family office Vicapital.

Pero si se reajustan las cifras a enero de 2015, la caída de los montos transados es mayor: la Bolsa de Santiago pasó de mover US$ 39.144 millones en 2013 a US$ 32.220 millones en 2014, es decir, una baja de 17,7%. Y si se compara con el peak de 2010, donde se llegó a US$ 52.323 millones, la caída es de 38% (ver gráficos). Y eso que con desaceleración y todo, el país es al menos estadísticamente más rico que antes.

"El año pasado prácticamente no hubo ninguna operación significativa, salvo algunas OPA (oferta pública de acciones)", se queja Guillermo Tagle, director ejecutivo de IM Trust-Credicorp Capital. "En 2014 hubo una baja de casi 40% en los volúmenes y una disminución relevante también en las grandes transacciones", agrega.

MENORES INGRESOS

Pero el escenario no siempre fue tan malo. La historia muestra que entre 2001 y 2011, los volúmenes transados iban aumentando prácticamente todos los años, hasta que a partir de 2012 comenzó la baja. Todo partió con la preocupación de los inversionistas por los resultados de las empresas, "que no eran buenos", dice Villaseca. Ese año, además, diversos bancos de inversión del mundo empezaron a advertir a sus clientes que los países emergentes, en especial de América Latina, y Chile ya no estaban entregando ganancias tan buenas como antes. Junto con ello, comenzó a instalarse la incertidumbre por el cambio de gobierno y las menores expectativas de crecimiento. Los primeros síntomas se asomaban.

Las AFP, que en los 90 y 2000 fueron uno de los motores del mercado, optaron por replegarse. Según datos de la Superintendencia de Pensiones, en 2014 las AFP invirtieron US$ 13.922 millones en acciones, un 9% menos que en 2013, cuando se registraron US$ 15.383 millones.

De acuerdo a un informe de Santander, el porcentaje que los fondos de pensiones tienen invertido en acciones de la Bolsa chilena ha bajado desde 15%, en enero de 2011, a 8,23% a igual mes de este año. "Claramente estamos frente a una situación en que los montos transados han caído, es una cosa evidente", reconoce Juan Andrés Camus, presidente de la Bolsa de Comercio (ver entrevista página 6).

La baja en la actividad repercutió de inmediato en los ingresos por comisiones que reciben los corredores por sus operaciones. Según información obtenida de los balances de estas empresas, en promedio, este ítem ha descendido cerca de 40% desde 2010.

A la decisión de las AFP de alejarse de la renta variable nacional se sumaron las OPA, que si bien en el momento de efectuarse generaron importantes volúmenes de negocios, esto fue por tan solo una vez, ya que normalmente estas operaciones buscan comprar el 100% de las acciones y sacar a la compañía del pregón. "Cada apertura busca inversionistas nuevos, tanto en Chile como en el extranjero, mientras que una OPA provoca lo inverso. Obviamente que si hay más compañías que se transen, que es el caso de las aperturas, van aumentando los volúmenes", señala el director ejecutivo de IM Trust-Credicorp Capital.

En 2014, por ejemplo, no hubo ninguna apertura a Bolsa en Chile, lo que sí había ocurrido en los años anteriores, cuando los debuts bursátiles animaban el parqué y las conversaciones del sistemafinanciero. Si hasta la actriz Cindy Crawford estuvo en el pregón tocando la campana para el inicio de transacciones de Ripley, en 2005.

LA POLAR Y LAS CASCADAS

Lo primero que aparece sobre la mesa de los expertos al explicar el descenso en las transacciones son las variables relacionadas con el pulso de la economía.

En esa línea, Villaseca destaca la "subponderación en los portafolios de inversión globales hacia mercados emergentes y en particular hacia Latinoamérica", producto del término del "súper ciclo" de los commodities. Añade que eso se ha traducido en una fuerte baja en los precios, generando menores ingresos a los gobiernos y empresas de estos países.

Ejecutivos de la banca de inversión coinciden en que a todo eso hay que sumar la desaceleración económica y los escándalos financieros. "Claramente, el período después de La Polar, las cascadas y todos los temas corporativos que han ido ocurriendo, han generado un cambio de paradigma en el mercado. Está todo un poquito más restrictivo en cuanto al ánimo, por el lado de los inversionistas", dice un ejecutivo de una corredora. "Todo lo que ha pasado evidentemente ha generado un impacto en la industria", grafican en la Bolsa.

Estos escándalos han generado una reacción regulatoria, que se ha traducido en mayores exigencias para las intermediadoras. "Hoy, el costo fijo de una corredora es más caro. En muchas cosas la industria se puso los pantalones largos... pero todos estos temas han generado un mayor costo de operación", comentan. A raíz de todos esos casos, las intermediadoras han debido capacitar más a su personal, contratar auditorías, generar modelos de prevención de riesgos y hasta redoblar el gasto en seguros.

Tagle resalta que, a pesar de esos problemas, el marco regulatorio de la Bolsa chilena "es el más fuerte, potente y prestigiado de América Latina. Los casos de malas prácticas ocurridos siempre se han aprovechado para hacer aún más eficiente y protegido a nuestra institucionalidad local".

Aunque las operaciones de las cascadas han sido fuertemente cuestionadas por la Superintendencia de Valores y Seguros, en las corredoras destacan que el estallido del caso generó el fin de varios negocios. Para nadie es secreto en el mercado que las continuas compras y ventas de papeles relacionados al control de SQM dinamizaban la rueda. Y harto.

Lo mismo se ha notado en los últimos meses con las operaciones simultáneas y hasta los "datos". Antes, el mercado generaba importantes montos sobre la base de esas operaciones y rumores, pero con la mayor fiscalización de la SVS, varias de estas prácticas han disminuido al mínimo o desaparecido por completo.

En el mercado también se comenta que la "salida" de inversionistas connotados ha afectado al negocio. Hasta mediados de la década pasada Bancard, el family office del ex Presidente de la República Sebastián Piñera, era un activo agente en Bolsa, seguido por agentes que confiaban en su olfato. Pero hoy, el ex mandatario tiene esos recursos confiados a terceros y varios de los family offices de las familias más ricas de Chile son más bien conservadores en sus inversiones en renta variable nacional.

Este nuevo ambiente en la plaza ha presionado a las corredoras a diversificar sus ingresos. En algunos casos ha habido reducciones de su personal y en varias firmas reconocen que no tienen contempladas nuevas contrataciones hasta que el mercado mejore.

Por si fuera poco, el número de operadores también ha caído. El 2014 comenzó con 31 corredoras y hoy participan 27. En el camino quedaron Sergio Contreras Corredores de Bolsa, Valenzuela Lafourcade Corredores de Bolsa, FIT Research Corredores de Bolsa e Yrarrázaval y Cía Corredores de Bolsa. En todo caso, en 1991 había tan solo 22 casas de Bolsa.

Todo ello ha generado un rebaraje en el sector. Algunas corredoras han perdido participación de mercado, mientras que otras han avanzado posiciones, como BCI, Itaú e IM Trust.

CLIMA DE REFORMAS

Una de las razones que según los ejecutivos está empujando los montos transados a la baja es la incertidumbre por el resultado de las reformas estructurales del gobierno. "Lamentablemente, hemos visto cómo la reforma tributaria no dejó contento a nadie. Y si bien la reforma laboral apunta a mejorar el clima dentro de la empresa, no fortalece la contratación, eficiencia y la productividad de los trabajadores, a lo quese suman eventuales cambiosa la Constitución", advierteVillaseca.

Este mix de cambios, dice, ha llevado a que los inversionistas prefieran destinar sus ahorros a instrumentos de renta fija y dólares, por sobre la renta variable.

En todo caso, los agentes son enfáticos en señalar que el crecimiento económico y, por ende, el entusiasmo de las empresas por invertir son claves para que la actividad regrese al mercado. A pesar de todos los signos pesimistas que hoy se puedan ver, la Bolsa chilena "sigue teniendo oportunidades importantes para crecer y aportar al desarrollo de Chile", advierte Guillermo Tagle. El ejecutivo añade que "cuando Chile vuelva a crecer sobre 4% anual, la Bolsa naturalmente recuperará el dinamismo que ha tenido en épocas pasadas".

Sobre los temas en los que la Bolsa puede trabajar en conjunto con la autoridad, el director ejecutivo de IM Trust-Credicorp Capital cree que "el más claro y evidente, para crecer y desarrollarse, tiene que ver con la integración de emisores e inversionistas internacionales a nuestra plaza local".

Y lanza algunas ideas, como facilitar los mecanismos para que emisores extranjeros se registren "automáticamente" en la Bolsa local y permitir a los inversionistas extranjeros que vienen a comprar acciones chilenas, "que compren en nuestro mercado también acciones de empresas peruanas, brasileñas, colombianas... Es algo que se podría lograr e impulsar con poco esfuerzo y con algo de altura de miras, por parte de la entidad y de los reguladores".

"Para revertir esta situación es necesario que los inversionistas vuelvan a confiar en Chile, y en un mejor desempeño de su economía", asegura Villaseca.

Según varios agentes, en la medida que avance el año, los volúmenes transados debiesen tender a aumentar, principalmente por una mejora en las expectativas económicas del país. Las últimas revisiones al alza en las estimaciones del PIB que se dieron a conocer esta semana mejoraron el ánimo en el sector. La Bolsa no está muerta. Sólo pasa por un largo mal período.