Marcelo Díaz calentaba de forma normal en la impecable cancha del Red Bull Arena en Nueva Jersey cuando, de un momento a otro, comenzó a caminar muy lentamente hacia la orilla del campo en la que se encontraba el cuerpo médico de la selección chilena. El volante volvía a los entrenamientos luego de perderse la semifinal ante Colombia por una contractura, por lo que su caminata pareció eterna y generó inmediata preocupación.
Sin embargo, el susto duraría apenas un minuto, que fue el tiempo que le tomó a los kinesiólogos de la Roja, supervisados por el doctor Roberto Yáñez, cortar y ajustar la venda que Carepato llevaba en el muslo izquierdo. La inquietud se esfumó apenas el jugador regresó corriendo al centro del campo y se integró al círculo que formaban sus compañeros alrededor del técnico Juan Antonio Pizzi, quien, como es habitual, comenzaría la jornada de entrenamiento con una charla a todo el plantel.
Luego, aplausos y risas, bajo el cielo despejado y el caluroso sol de la costa este de Estados Unidos, donde el domingo el conjunto nacional irá por la segunda Copa América de su historia, nuevamente en una final ante Argentina. Esta vez en el Metlife Stadium, definición en la que, con seguridad, estará Díaz como titular en el mediocampo.
Precisamente, el volante de Celta de Vigo es una de las piezas claves en la oncena ideal que encontró el entrenador en esta edición centenaria del torneo de selecciones más antiguo del mundo. A estas alturas, la formación de la Roja prácticamente es recitada de memoria por los hinchas. Ya no hay dudas. La búsqueda para Pizzi parece haber terminado.
Por eso, con la prueba de que Díaz ya entrena con normalidad junto al resto de sus compañeros, el misterio con respecto a la formación que presentará el DT ante el combinado transandino es casi inexistente. Desde la concentración del hotel en Nueva Jersey aseguran que el adiestrador finalmente dio con una oncena tipo, que le acomoda y que lo tiene satisfecho porque plasma en la cancha su propuesta futbolística.
Claudio Bravo; Mauricio Isla, Gary Medel, Gonzalo Jara y Jean Beausejour; Marcelo Díaz; Arturo Vidal y Charles Aránguiz; José Pedro Fuenzalida, Eduardo Vargas y Alexis Sánchez. En la delegación nacional todos apuestan a que ese será el equipo que buscará el trofeo dorado de la Copa América Centenario, más allá de que en el entrenamiento de ayer el técnico de la selección no practicó fútbol, algo que recién hará hoy.
No fue fácil para el santafesino dar con esta formación. Su idea principal fue siempre jugar con un referente de área como lo fue él en su época de jugador. Por lo mismo, su intención era nominar al argentino nacionalizado Marcelo Larrondo y se la jugó por Mauricio Pinilla ante Venezuela, en las Eliminatorias, y luego en los amistosos previos a la Copa.
No obstante, quien fue ganando terreno en esa posición fue Vargas, a quien quería por la banda derecha en un comienzo, pero que a estas alturas es el indiscutido centrodelantero del campeón continental. La punta derecha, finalmente, parece haber quedado en manos del Chapa Fuenzalida, uno que en Estados Unidos se encontró con su mejor versión.
La vuelta de Vidal, además, viene a darle a Pizzi mucha tranquilidad. Es el hombre en quien descansa. Su nexo futbolístico con el resto del sistema, que ha encontrado en los últimos partidos su funcionamiento perfecto. El engranaje que Macanudo estaba buscando.
Con las piezas afinadas y funcionando de buena manera, la Roja suma tranquilidad y confianza para la final de mañana.