El 29 de diciembre de 2010, Jaime Luongo Roca, dueño de las concesionarias Grunfeld y Tramcorp, recibía de  manos de Carlos Dumay, presidente de Cavem, el premio al Empresario Automotor del Año, por "incorporar en su compañía una visión ágil y moderna, de gran dinamismo, transformando su negocio en todo un éxito empresarial de la mano de Chevrolet".

Ese año, la facturación de la concesionaria superaría los US$ 100 millones. Hoy, Grunfeld y Tramcorp, que representarían cerca del 20% de las ventas de Chevrolet, están al borde de la quiebra y con un propietario que está sin un paradero conocido.

En el sector automotor, Luongo se desempeñó como director en Citroën y gerente general en Derco. Esa  empresa la dejó en 2000, para formar Grunfeld, fusión de Grünwald -ex concesionario de Derco- y de Enfel.

Además, trabajó en otras compañías, como Textil Viña y Bresler, donde conoció a Nelson Terán, actual dueño de la consultora Alte y que actuaba como gerente de Recursos Humanos de Grunfeld.

En la industria describen a Luongo como un buen trabajador, esforzado, pero de ideas muy fijas. Afirman que equivocó el foco del negocio al creer que el alza del dólar impulsaría la venta de ve-  hículos usados.

La caída de Grunfeld

El 19 de julio pasado, los trabajadores de Grunfeld recibieron un correo electrónico de Jaime Luongo comunicando que recibirían "un importante apoyo de parte de GMAC, para asegurar un adecuado control de inventario durante un período de tiempo que nos permitirá fortalecer la estructura de operaciones".

Dicho "apoyo especial" consistía en el control de las llaves de los vehículos y de la facturación de los mismos por parte de GMAC.

Los primeros días de agosto, a los trabajadores se les encomendó trasladar los vehículos que se encontraban en Movicenter, supuestamente hacia la sala de ventas de un mall. Entre martes y jueves se movieron 62 autos hacia el Parque Automotriz Bicentenario, proceso que llevaron a cabo los hijos de Luongo, comentaron fuentes de Grunfeld.

Desde esa fecha, los trabajadores no han tenido contacto con Luongo y recién ayer les entregaron las cartas de despido, aludiendo la figura de "fuerza mayor". 

En tanto, los clientes se han visto afectados por situaciones como la no entrega de los vehículos pagados, o que los autos entregados no cuentan con sus placas patentes.

Grunfeld, actualmente, tiene una solicitud de quiebra y, paralelamente, la PDI está investigando la situación por orden de la fiscalía.