Ser la primera productora de celulosa del mundo es un antiguo anhelo para Empresas Copec, y si bien no era la meta de corto plazo del grupo que lidera Roberto Angelini, hoy está cerca de concretarlo. Y todo gracias a la ventana que se abrió en Brasil para adquirir Eldorado Celulose, firma creada en 2010, controlada por J&F, de la familia Batista, cuya fortuna ha sido sacudida por una trama de corrupción.
Arauco hoy es la segunda mayor productora de celulosa del mundo, con una producción de 3,84 millones de toneladas. Si se queda con Eldorado, llegaría a los 5,54 millones de toneladas y disputaría a Fibria, el cetro de mayor productor de celulosa de fibra corta (eucalipto) del mundo.
Más abajo está CMPC, con 3,81 millones de toneladas de celulosa al año.
El pasado viernes 16 de junio, el vicepresidente ejecutivo de Arauco, Matías Domeyko, calmó al mercado y corroboró que la firma está interesada en Eldorado. Informó que firmaron un acuerdo de confidencialidad con el fin de explorar una posible inversión en la compañía. En específico, Domeyko detalló en el documento que envió a la Superintendencia de Valores y Seguros, que "ha estado evaluando Eldorado, a través de su activo más importante, una planta con capacidad de producir 1,7 millones anuales de celulosa de fibra corta".
La operación fue confirmada por Eldorado, la cual indicó al ser consultada que "Eldorado Brasil fue informada por el accionista-controlador, J&F, sobre la firma de un acuerdo de confidencialidad con Arauco para analizar una eventual transacción".
Pero Arauco no sería la única interesada. La brasileña Fibria informó la semana pasada que está considerando una oferta por su rival Eldorado Brasil Celulose, para crecer y conservar su liderazgo en el mercado.
Mismo interés manifestó Suzano Papel & Celulose, según Reuters. Sin embargo, en el mercado se indica que Arauco ha hecho la oferta más atractiva, la que públicamente se cifró en US$ 3.400 millones, pero al interior de la firma se habla de una cifra más bien cercana a los US$ 2.000 millones.
"La oportunidad hay que tomarla", se escucha en los pasillos de El Golf 150. Esto, porque Brasil abre pocas ventanas para concretar adquisiciones para extranjeros, dicen. "Brasil es un país muy proteccionista. Sólo se pueden comprar empresas cuando hay una crisis. Guaiba fue por la crisis subprime y hoy es la crisis política la que abre la puerta, y estas opciones cuando se dan, hay que tomarlas", cuenta un ejecutivo del grupo Angelini.
Por eso, en 2009 CMPC no dudó y apostó por Brasil. Ese año el grupo de la familia Matte concretó dos adquisiciones: la planta de celulosa Guaiba 1 y Melhoramentos Papéis, para la producción y comercialización de productos tissue. La apuesta implicó el desembolso de US$ 1.485 millones.
La compra de la planta de Fibria fue vital para el grupo. La operación es calificada como "el hito más importante en la historia de CMCP", y fue también el ingreso en las grandes ligas de Jorge Matte, segundo hijo de Eliodoro Matte y hoy integrante del directorio de la firma.
Desde esa época, la Papelera ha invertido más de US$ 4.500 millones en Brasil, explica el gerente de Asuntos Corporativos de CMPC, Guillermo Turner. Esto, por la construcción de la segunda línea de Guaiba, planta que inició sus operaciones en mayo de 2015 y que requirió de una inversión de US$ 2.100 millones. A esto se suman las "importantes inversiones" que ha hecho la compañía en el área de tissue y productos sanitarios, lo que se traduce en dos plantas de tissue y sanitarios en Sao Paulo, además de plantas de conversión en Recife y Rio Grande do Sul.
"Estamos muy satisfechos con los resultados alcanzados, en especial si se considera que los retornos a estas inversiones son de largo plazo", recalca Turner.
Los beneficios de Brasil
El mundo de la celulosa de eucalipto -fibra corta- está en Brasil. Allá está Fibria, compañía que está terminando un millonario proyecto de expansión en Tres Lagoas, misma localidad donde Eldorado tiene sus operaciones. Con Horizonte 2, línea que comenzaría a operar en septiembre próximo, la compañía produciría en Tres Lagoas tres millones de toneladas de celulosa al año.
También está Klabin, la mayor productora brasileña de papeles para embalaje, firma que en 2016 inauguró una nueva planta de celulosa en Ortigueira, en Paraná, con 1,2 millones de toneladas, y Suzano, firma que en 2014 partió con Maranhao, planta que tiene una capacidad de 1,5 millones de celulosa al año. "Todo ello es reflejo del potencial forestal de Brasil y es la razón por la cual CMPC se decidió a invertir en ese país hace ocho años", dice Turner, quien enfatiza que "esa estrategia y visión de largo plazo no han cambiado" en la Papelera.
Para Arauco sería la entrada a un mercado competitivo, y aunque le generaría un impacto en los costos por el transporte, dado que las plantaciones están más alejadas de la zona de producción, su eventual compra tiene un potencial adicional para el brazo forestal de los Angelini, pues Arauco cuenta con una plantación forestal de unas 60 mil hectáreas en las cercanías de Eldorado. Con esto, el grupo, cuentan cercanos a la firma, se asegura la masa forestal para potenciales ampliaciones.
Otro beneficio relevante es que su adquisición implicaría una ganancia inmediata. "Con Eldorado se parte ganando en Ebitda, porque la planta ya está operativa, lo que genera un plus adicional: no parten de cero y, por tanto, se evita el costo que implica tener que esperar para obtener los retornos necesarios que justifiquen haber realizado la inversión", explica un cercano a las negociaciones que la firma lleva con la brasileña.
Eso aplaca los temores que ha mostrado el mercado por el endeudamiento de Arauco si quiere avanzar en la operación. De hecho, BofA-ML, Credicorp y Banchile alertaron sobre el alza en la carga financiera de Empresas Copec si es que su filial Arauco compra la Papelera brasileña. El primero de ellos indicó que al asumir ese pago, la deuda financiera neta en relación al Ebitda de Copec se podría incrementar entre cuatro a 4,5 veces para fines de 2017, lo que se compara con el actual nivel, que llega a 3,5 veces.
"El financiamiento probablemente requiera levantar capital o un socio, con el objeto de mantener cierta flexibilidad de balance, dados los planes de inversión que Copec está desarrollando en su negocio de combustibles y Arauco en paneles", indicó Banchile.
Y si bien en Arauco aún no se define cómo se financiará la operación, se estarían evaluando todas las opciones: aumento de capital y endeudamiento.
Al cierre de 2016, la deuda de Arauco alcanzó los US$ 4.568 millones, 0,8% mayor que la de 2015. Sin embargo, el mayor salto lo tuvo entre 2011 y 2012, cuando este índice subió 66% o US$ 2.185 millones, alza vinculada con Montes del Plata, planta de celulosa que el grupo construyó en Uruguay y que comenzó su puesta en marcha en junio de 2014. La inversión ascendió a US$ 2.500 millones y su producción es de 1,3 millones de celulosa seca al año.
Mayor crecimiento
Pero la compañía quiere ir más allá, pues si aspira a ser líder del mundo debe aumentar aún más su producción anual. Por eso, al interior de la firma no se descarta en avanzar en Mapa, proyecto de US$ 2.300 millones que fue recientemente aprobado luego de una larga disputa judicial.
"Brasil no reemplazaría Mapa. Ahora, hoy vale la pena retrasarlo por Brasil", indica un ejecutivo del grupo.
En el último directorio de Arauco, a inicios de junio, cuenta un cercano a la mesa, no se vio nada relacionado con el proyecto que busca ampliar y modernizar las instalaciones de Arauco en el sur del país. Hoy, la firma se encuentra actualizando la información respecto del proyecto, análisis que aún no culmina.
Pero ¿Arauco estaría en condiciones de hacer los dos proyectos? "Se pueden hacer los dos proyectos. Lo que hay que diseñar es una buena estructura de financiamiento, que se puede dar puesto que Brasil comenzaría a aportar recursos desde el primer día", indica un conocedor de los análisis que está realizando la compañía.
Una de las opciones que no se descartan al interior del grupo es innovar en términos de financiamiento y vender activos, como plantaciones, pero con contratos de abastecimientos. Este modelo, llamado Timber Investment Management Organization (Timo), es un grupo de gestión que ayuda a los inversores institucionales en la gestión de sus inversiones en tierras madereras. "Esta puede ser una manera inteligente de financiarse", dice un ejecutivo forestal.
Pero a Arauco aún le queda tiempo para decidir qué hacer, pues al interior del grupo se estima que el proceso que se abrió con Eldorado tomará por lo menos un par de meses en cerrarse.