La carrera por un cupo en el Instituto Nacional
Nerviosismo e ilusión sentían los 1.200 postulantes que ayer rindieron las pruebas de admisión -de Lenguaje y Matemática-, con el fin de lograr uno de los 600 cupos que el emblemático liceo de la capital, tiene disponibles para el período académico 2015.
Apesar de que el ingreso al recinto era al mediodía, desde las 11 de la mañana que padres impacientes y estudiantes apenas entrados en la pubertad repletaban ayer las calles colindantes al Instituto Nacional, esperando rendir las pruebas de admisión para séptimo básico.
Aunque este año estuvo marcado por manifestaciones de alumnos del recinto en contra del puntaje ranking para la admisión a la educación superior, así como por fuga de estudiantes a recintos de menor exigencia, por el mismo motivo, un total de 1.200 postulantes llegó hasta el liceo de Santiago Centro, con la esperanza de alcanzar uno de los 600 cupos para 2015.
Rodrigo Cantillana (12) fue uno de los niños que, acompañado por su madre, Rosa Balbontín, se trasladó desde Conchalí buscando ingresar al emblemático liceo.
Para entrar a dar las pruebas, debió hacer una fila que se extendía desde la calle Arturo Prat hasta la Alameda, pasando por San Diego, y a cada minuto la tensión se apoderaba de él. "Me sudaban las manos y me dolía la guata de puros nervios", confesó.
Como estaba previsto, el ingreso fue a las 12.00, para comenzar con el examen a las 13.00, y Rosa, al igual que otros padres, se quedó esperando afuera durante la hora y 45 minutos que duraba el test. "Mi hijo me pidió que lo postulara. El está muy entusiasmado con estudiar acá", relata.
A pesar de que Rosa ya conoce el proceso de postulación -tiene otro hijo en segundo medio del instituto-, no por eso estuvo más tranquila. "Quiero que quede", señala. Aunque, reconoce, las movilizaciones le molestan. "Cuando mi otro hijo entró, hubo un paro de ocho meses y estuve a punto de sacarlo, pero preferí esperar y no me arrepiento. Comparando costo/beneficio, los beneficios son más y espero lo mismo para mi hijo menor", explica.
Luego de dar las pruebas, a las 14.30 Rodrigo salió más calmado y confiado en que había dado una buena prueba. "Yo creo que me fue bien", comenta.
"Lo que más me gusta de acá es que sé que a los alumnos se les exige mucho estudiar, y eso es lo que me motiva, porque quisiera entrar a la universidad", señala.
Pero él no fue a dar la prueba solo. Su mejor amigo desde kínder, Aarón Curín, también fue a probar suerte al Instituto Nacional. El anhelo de ambos es seguir estudiando juntos. "Y si no quedamos en el mismo curso, nos juntaremos en el recreo", cuenta Aarón.
DESDE COLOMBIA
Juan Esteban Fernández (11) llegó a Chile hace nueve años desde Colombia. Toda su vida académica la ha realizado en Chile, en el colegio Blas Cañas, de Santiago Centro.
A pesar del tiempo que lleva en nuestro país, no ha perdido su acento y, con su hablar cantadito, afirma que él también será uno de los próximos seleccionados del Instituto Nacional.
Según su madre, Martha Picón, ella jamás le inculcó que tenía que estudiar su enseñanza media en este establecimiento, y que el deseo de su Juan Esteban de ser un institutano nació de manera espontánea en su hijo. "El escuchaba en la televisión que este liceo era el mejor de Chile y desde muy chico que él afirma que estudiará acá", relata.
"Nosotros pudimos escoger otro colegio, aunque eso significara ajustar al máximo nuestro presupuesto, pero él insistió en que quería estar en el instituto", agrega.
"Mis papás no querían que postulara acá, porque dicen que se pierden muchas clases con los paros, pero yo los convencí de que yo me dedicaría a estudiar, aunque hubiera movilizaciones, y al final me dieron su apoyo", destaca.
Sobre el puntaje ranking, Juan Esteban dice que no le importa. "Me esforzaré para tener buenas notas y no depender del ranking", indica. Su madre, en tanto, espera que de aquí a que su hijo entre a la universidad, el mecanismo haya sido mejorado.
BAJA SOSTENIDA
Desde las movilizaciones "pingüinas" de 2011, las cifras de postulantes al Instituto Nacional han ido en una baja sostenida. Si antes de ese año los postulantes eran más de 2.000, este año y el anterior el número no superó los 1.200.
Para superar este escenario, por primera vez el liceo implementó una bonificación especial para alumnos que provienen de liceos municipales, que aumenta en un 10% sus posibilidades.
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