Clásico descontrolado. Jugadores con miradas asesinas y actitud de matón. ¿Y el fútbol? Reservado casi como un lujo. A cuentagotas. Los albos con la obligación de ganar, pero sin fútbol para merecerlo. Los azules, con una cuenta de ahorro en la tabla y con poco deseo de ganar. De todo este enredo, Colo Colo sacó la mejor parte, con un triunfo por 2-0 sobre Universidad de Chile, que lo deja a dos puntos de su archirrival, en la lucha por ganar la copa.

Los componentes del partido más importante del fútbol chileno no cuajaron en la cancha del Monumental. Ambos equipos quedaron en deuda.

Jorge Osorio, el árbitro, jugando a contener. Debió sacarle tarjeta roja a Cristián Vilches por un amago de cabezazo contra Patricio Rubio, que magnificó burdamente. El delantero también pudo irse expulsado, porque agredió al defensa de Colo Colo en el suelo. Después, el juez (y su guardalínea también) se comió un codazo de Paredes a José Rojas. La excesiva magnificencia de Osorio fue como un permiso de golpear para ambos equipos.

Pero no. Es un error culpar a la autoridad del compromiso por el pobre nivel. El Cacique, que salió con tres delanteros y se guardó a Claudio Maldonado en el banco, buscó un poco más. De hecho, tuvo las mejores ocasiones antes del descanso, gracias a los remates de Esteban Pavez, Jaime Valdés y Gonzalo Fierro. Johnny Herrera respondió con solidez a los tres disparos. La U, en tanto, respondió con Gustavo Canales y Patricio Rubio, que exigieron a un sobrio Justo Villar. Y eso fue todo lo que se vio antes del descanso.

El juego no mejoró en la segunda parte. Ni Emiliano Vecchio, en Colo Colo, ni Ramón Fernández, en la U, tomaron la manija de sus escuadras. La diferencia, sin embargo, llegó a los 50 minutos, gracias a un suave toque de Paredes, el más claro en ofensiva. El "30" aprovechó que Guzmán Pereira no hizo bien la línea del off side y decretó, sin marca, el 1-0.

Festejo total de los dueños de casa. De las 40 mil personas que llegar a Macul. El partido donde los albos lo querían. Y el asunto se facilitó más todavía con la doble amarilla de José Rojas. La decisión de Jorge Osorio al expulsar al capitán del equipo del chuncho fue correcta, pero la liberalidad del árbitro en la primera fracción le pesó.

Lasarte movió sus piezas para buscar la paridad. Entraron Lorenzetti y Vidal (este último para reordenar la defensa), pero la U no mejoró. Con un hombre menos y con una tarde apagada del equipo en general, hizo poco para complicar a Colo Colo, que cerró el Superclásico a los 78 minutos, con el gol de Jean Beausejour.

La expulsión de Osvaldo González (al comienzo del duelo dio un patada que también merecía tarjeta) sólo fue el broche de una tarde oscura de los azules. El líder perdió su invicto y no pudo romper su racha sin triunfos en el Monumental, donde no festeja desde septiembre de 2001. El Cacique, en tanto, se acerca a dos puntos y enciende la fase final del Apertura. Sacó la mejor parte de un clásico muy deslucido.