Tal como indicaban las proyecciones de los últimos días, los socialdemócratas liderados por Stefan Lofven se impusieron en las elecciones políticas de hoy en Suecia, en las que los populistas de extrema derecha de Jimmie Akesson fueron la gran sorpresa al convertirse en el tercer partido del país.

La victoria de la centroizquierda de Lofven marca una claro giro político de Suecia -país símbolo de las grandes socialdemocracias del norte de Europa- que en los últimos ocho años estuvo gobernado por el centroderecha del premier saliente Fredrik Reinfledt, líder del Partido Moderado.

El excelente resultado logrado por Akesson (Demócratas Suecos, SD) aterroriza a las formaciones tradicionales: el joven líder de los populistas obtuvo más del 10% de los votos, frente al 5,7% que indicaban los sondeos de los últimos días. 

El eslogan del partido de Akesson en estas elecciones ha sido "Mantener a Suecia sueca", frase acompañada por el símbolo con un amenazador guerrero vikingo.

Tras las elecciones parlamentarias de hoy, en las que fueron llamados a votar 7,1 millón de suecos, el país se enfrenta a un panorama poco claro vistos los compromisos necesarios para formar una coalición de gobierno. 

Lofven -de 57 años, ex sindicalista metalúrgico, sin experiencia parlamentaria- cuenta con el apoyo del 44,9% de los votos para la coalición de centro-izquierda (integrada por socialdemócratas, Verdes y la izquierda), mientras que Reinfeldt (46 años) quedó por debajo del 40%.

Precisamente a raíz de estos datos, Lofven fue definido por algunos analistas como "el futuro premier menos votado de la historia de Suecia".

El gran derrotado de las elecciones es el premier saliente Reinfledt, cuyas decisiones en temas como la justicia social, el Estado de bienestar y la inmigración no han gustado a la mayoría de los suecos, que están a favor de una democracia social e igualitaria más amplia e inclusiva del que impulsa el jefe del gobierno. 

Reinfledt, afirman muchos electores, ha profundizado la brecha entre ricos y pobres, además de haber sido muy rígido con los inmigrantes y de haber limitado el espacio de la escuela pública a favor de la privada, cuestión que resultó ser clave en su derrota.

Suecia ha afrontado mucho mejor que otros países de la región la crisis europea de estos años, aunque tiene un elevado nivel de desempleo juvenil y una situación a menudo tensa en los barrios periféricos de Estocolmo y las otras grandes ciudades.

La socialdemocracia de Lofven ha logrado imponerse precisamente gracias a las promesas de aumentar los impuestos para los más ricos, y reducirla a los más pobres, además de impulsar políticas más flexibles hacia los inmigrantes. 

Dentro de este contexto, Akesson irrumpe en la política nacional con propuestas populistas claramente anti-UE y anti-inmigración, no muy diferentes por otra parte a las de la extrema derecha de países como Dinamarca, Holanda, Noruega, Gran Bretaña o Francia.

En la que muchos analistas definen una brillante operación política, Akesson -quien de joven formó parte de la derecha liberal- ha logrado "lavar la cara" a los Demócratas Suecos depurándolos de las corrientes neonazis.

No se descarta que sea precisamente él quien tenga un rol clave entre el centro-derecha y la centro-izquierda para el nacimiento de la futura coalición de gobierno.