"Maldición", atina a contestar Valentina Lizana Wallner (23 años) al enterarse que estuvo a minutos de ser la primera medallista con raíces chilenas en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Son casi las 12 de la noche en Sochi y la arquera de la selección sueca de hockey sobre hielo está desolada. En un par de horas debe tomar el vuelo de regreso a Suecia junto a sus compañeras, pero su mente sigue pegada en el Bolshoi Ice Center de Adler, la localidad en altura ubicada a unos kilómetros de la sede principal de los Juegos.
Al terminar el segundo tiempo, Suecia vencía 2-0 a Suiza. Quedaban sólo 20 minutos, pero las helvéticas remontaron, le marcaron cuatro veces a Lizana y se llevaron el triunfo por 4-3.
"Era mi gran sueño. Estamos muy decepcionadas. Creo que en el último período tuvimos miedo de perder y nos olvidamos de jugar. Igualmente, en Suecia nadie creía en nosotras, así es que estoy orgullosa del equipo", dice a La Tercera.
Tanto le dolió la derrota, que la arquera se está replanteando el futuro de su carrera. No sabe si seguirá jugando en cuatro años más como para buscar revancha en Pyeongchang 2018.
"Sería lindo intentarlo de nuevo, pero no lo sé. Me gustaría estudiar, trabajar y formar una familia, porque aunque juego profesionalmente, en el hockey no se gana tanto dinero", explica.
Si se llega a retirar, tendrá tiempo libre durante el invierno boreal y podrá cumplir la promesa que hizo a su padre: conocer Chile.
Al revés de Albornoz
Horacio Lizana Ruz siguió el partido por televisión desde su casa en Estocolmo. "No sé qué pasó, creo que el equipo se confió", se lamenta. Al final del partido, sintió pena, pero también orgullo, pues asegura que siempre supo que su hija sería una deportista destacada.
Aunque nació en Peumo, Sexta Región, Horacio Lizana se fue de Chile en 1979 para evadir la persecución política de la dictadura. En Suecia conoció a su esposa, la finlandesa Paula Laukkonen con quien tuvo dos hijos: Víctor y Valentina. Ambos siguieron la pasión de su padre por el fútbol.
De los dos, Valentina era la que más destacaba por su talento deportivo. Lo demostraba cada vez que entraba en una cancha, fuera de vóleibol, básquetbol, fútbol o hockey sobre hielo. Incluso, fue la mejor equitadora de su grupo la primera vez que se subió a un caballo. Hasta los 15 años, la mayor parte del tiempo se lo dedicaba al fútbol.
"Jugaba de mediocampista creativa, como Xavi o Arturo Vidal. Si hubiera seguido, seguro hubiera sido seleccionada también", cuenta su padre.
Sin embargo, a esa edad, decidió inclinarse por el otro deporte que practicaba su hermano mayor: el hockey sobre hielo. "Tenía facilidad para jugar al arco en hockey, porque era rápida de manos y ojos", agrega.
Su ascenso fue rápido. Con 19 años compitió en los Juegos de Invierno de Vancouver 2010, pero sólo estuvo en la banca del cuadro que también fue cuarto. Sólo por curiosidad, ese año fue a conocer a la delegación chilena. Esa vez se sorprendió con Noelle Barahona.
En Sochi, su papel fue de titular indiscutida y no tuvo tiempo de visitar a los chilenos. "Pero me halaga representar a Chile tal como represento a Suecia", acota. Sin desconocer sus palabras, su padre cree que "si tuviera que elegir entre Chile y Suecia, elegiría Suecia, como lo hizo Zlatan Ibrahimovic y al revés de Miiko Albornoz, que también es muy famoso acá".
Para él, el homenaje de Valentina a Chile está hecho desde que decidió mantener su apellido paterno después de casarse. Valentina Lizana Wallner, no al revés.