No hay discusiones de que Roger Federer es el tenista más grande de todos los tiempos. A sus casi 36 años, sigue haciendo historia, cuando muchos pensaban hace menos de 12 meses que el suizo estaba quemando sus últimos cartuchos en el circuito. Ayer dio una nueva muestra de su jerarquía al conquistar su octavo Wimbledon y alcanzar su 19º Grand Slam, algo que nadie tampoco ha podido alcanzar.
Desde que consiguió su primer major precisamente en Londres, hace 14 años, el suizo ganaría en la Catedral en 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2012 y ayer. Además, conquistó cinco abiertos de Australia, un Roland Garros y cinco US Open. Su más cercano perseguidor, Rafael Nadal, tiene 15 (10 de ellos en Francia).
Wimbledon fue histórico para el suizo, pues lo ganó sin ceder un sólo set, algo que había sucedido por última vez en 1976, de la mano del sueco Björn Borg.
"No ceder un set es mágico, aún no puedo creerlo, es demasiado. Se trata de creer que puedo alcanzar tales cotas. No estaba seguro de poder volver a jugar otra final aquí. Pero siempre he creído que quizá volvería y lo conseguiría otra vez", expresó el helvético tras el partido de ayer, donde además logró su triunfo 1.111 en el circuito, aunque todavía lejos de los 1.253 de Jimmy Connors. Federer tiene en mente superar ese récord.
En todo caso, sí lidera, y por lejos, el de mayor cantidad de festejos en un major, con 21, donde destacan 29 finales, 42 semifinales, 50 cuartos y 58 octavos.
Su trayectoria causa admiración en todo el mundo del deporte. También en Marin Cilic, su rival de ayer, quien le dedicó sentidas palabras. "Incluso a la edad que tiene ahora, él sigue mejorando, desafiándose a sí mismo para ser mejor y mejor. Hay que darle todo el crédito y a su equipo también por encontrar la forma de ser mejor y jugar a otro nivel", dijo.
El croata no se detuvo ahí. "Y no estoy hablando solo de la final. Ha hecho un recorrido increíble hasta el último partido, también ganando en Halle, y alcanzar aquí la final después sin ceder un set y jugando hoy un gran partido. Es un gran caballero y uno de los mejores embajadores del tenis".
En el mundo de las redes sociales también hubo loas para Su Majestad. "El mejor deportista de la historia", escribió el ex tenista argentino Juan Mónaco, mientras que Nicolás Massú, capitán chileno de Copa Davis, lo calificó de "maestro" y "leyenda". "Cada vez más grande Roger Federer", puso Juan Martín del Potro en Twitter. Paulo Dybala, futbolista transandino de Juventus, posteó "simplemente, Roger Federer", mientras que Gerard Piqué, jugador español de Barcelona, comentó: "Leo Messi, Michael Jordan, Roger Federer. Los mejores que he visto".
Pero además, la progresión de Federer en esta temporada es notable, pues comenzó el año en el puesto 17. Cuando todos pensaban que el retiro estaba más cerca, se quedó con el Abierto de Australia, venciendo a Nadal en la final, y ganó los Masters 1000 de Indian Wells y Miami. Con ese aval se dio el lujo de saltarse toda la temporada de arcilla para centrarse en su objetivo de levantar la corona en el All England. Y al conseguirlo, vuelve a ponerse a tiro en la carrera de campeones, donde hoy aparecerá segundo, a un poco más de 500 puntos de Rafa, practicamente garantizando su ingreso al Masters de fin de año en Londres.
Las buenas noticias no se detienen allí, pues al no haber jugado durante casi todo el segundo semestre del año pasado, lo que venga será sólo ganancia para Federer, sobre todo tomando en cuenta que sus antecesores defienden varias unidades. De hecho, Andy Murray debe revalidar 3.960, lo que se ve difícil, pues además presenta complicaciones físicas en la cadera. Mientras que Nadal la tiene un poco más fácil, con 370 por recuperar.
Así, la lucha por regresar a la cima del ranking -y ser el más longevo en lograrlo- será con el mallorquín ante quien está invicto este año. Eso sí, la historia aporta que cada vez que Federer ganó el Abierto de Australia y Wimbledon, también se quedó con el US Open. Un presagio de lo que podría sucederdentro de unos meses más.