Sería algo así como el separatismo dentro del separatismo. Ubicado en la montañosa frontera con Francia, el Valle de Arán es un poblado ubicado en Cataluña, pero que tiene su propia cultura e idioma, el aranés.
Habitado por 10 mil personas, la mayor parte quiere seguir formando parte de España, según da cuenta el diario digital Público.
Esta área, de 633 kilómetros cuadrados, tiene derecho a su autodeterminación debido a una ley aprobada en 2015 en el Parlamento catalán.
El 30% del territorio está por encima de los dos mil metros de altitud y su economía depende mayormente del turismo. Algunos vecinos de esta comarca estiman que el gobierno catalán de Carles Puigdemont los ignora porque lo que ellos realmente quieren es seguir siendo parte de España. Así, muchos temen que una eventual independencia destruirá su economía.