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La comediante Jane Lynch detalla el giro actoral que trae su nueva serie

La actriz, célebre por el programa musical Glee, habla con La Tercera de Angel from hell.

La actriz Jane Lynch es muy diferente a los personajes que ha interpretado en la televisión. Porque la altísima e imponente comediante que se hizo popular gracias al personaje de la dura entrenadora Sue Sylvester en la serie musical Glee, la jefa sin filtro en Virgen a los 40 o sus apariciones como la nada tradicional terapeuta de Charlie Harper en Two and a half men, llama la atención por su hablar más relajado y por transmitir una paz que no se parecen en mucho a sus intensas interpretaciones. De todos modos, Lynch comparte con sus personajes un gran sentido del humor que aparece reiteradamente durante su conversación con un reducido grupo de periodistas latinoamericanos que ha llegado al set de su nueva comedia, Angel from hell.

En el programa, que llega a las pantallas de Warner Channel este lunes 18 a las 22.30 horas, Lynch interpreta a Amy, una mujer que asegura ser el ángel guardián de la exitosa dermatóloga Allison Fuller (Maggie Lawson), una mujer trabajadora y muy correcta a quien este personaje con una actitud estrafalaria, incorrecta y casi alcohólica le desarma sus esquemas de entrada. Pues, obviamente, este ángel quiere mejorar la vida de Allison y no del modo más ortodoxo.

Pero el hecho de que Amy está empeñada en convencer a la doctora de que efectivamente es su ángel guardián usando cualquier táctica -incluido recordale cosas secretas que hacía por ella su madre muerta o comentar sobre desafortunados incidentes, como su primera relación sexual-, no son los únicos problemas de la joven: el elenco lo completan Kevin Pollak, como el padre de Allison que intenta rehacer su vida tras quedarse viudo; y Kyle Bornheimer, como su hermano Brad.

Mujeres al poder

Si bien no es algo que sea masivo, el programa se está probando con un modelo que está tomando fuerza en el mundo del espectáculo: tener personajes femeninos a la cabeza. “Es agradable”, dice la comediante y agrega que piensa que el interés en tener a dos mujeres en un programa que generalmente harían un hombre y una mujer o dos hombres, le parece un tema casi cíclico. “Ojalá se mantenga así”.

Sobre este nuevo rol de mujer fuerte y decidida dentro de su carrera, Lynch comenta: “A Amy la mueve más su corazón que cualquier personaje que haya interpretado en mucho tiempo. Creo que Sue Sylvester era un poco centrada en su corazón, pero lo tenía cubierto por una tonelada de armaduras. Pero Amy no tiene ninguna vergüenza de lo mucho que adora a Allison y quiere que tenga una gran vida, además de ser su defensora”.

A diferencia de Glee, ahora Lynch aparece en casi cada escena del programa. Algo que, comenta entre risas, le  genera una gran presión. “En lo que a mí respecta, es un elenco de cuatro personas. Así que trato de no pensar en eso, pero de vez en cuando lo hago y nada bueno viene. Pero estoy en casi todas las escenas y eso no ocurría en Glee: había episodios en los que no aparecía y siempre quise trabajar más. ¡Y vaya que se cumplió mi deseo! Estoy en casi todo y me encanta. Pero las primeras dos semanas estaba agotada”.

En cuanto al trabajo en el set, cuenta que es relajado y que hay posibilidades de improvisar. “A veces hacemos cambios, pero está muy bien escrito. Además, algo que me gusta mucho de trabajar con Tad (Quill, el creador de la serie) es que nos da ALTS (diálogos alternativos), y cada vez se ponen más graciosos”.

En sus planes a corto plazo, están los estrenos de las películas Late bloomer, que dirigió su compañero de elenco Kevin Pollak, y Mascots, escrita y dirigida por el comediante Christopher Guest, además de una gira de See Jane sing,  un espectáculo que presenta con amigos y una banda de cinco personas. Pero ahora, su foco está puesto en Amy, un rol que, admite, la ha cambiado desde que lo comenzó a desarrollar.

“Decidí que este personaje sería así, alguien que diseñó su cuerpo de manera muy meticulosa y que eligió su vestuario, que le encanta tanto la naturaleza que duerme en ella, le encanta el trago, así que lo toma todo el día, le encantan los dulces, así que está siempre comiendo algo. Le gustan los cachorros y la gente. Creo que me estoy metiendo en eso, ahora me gusta más la comida. No tomo alcohol, pero me está gustando más lo sabroso y mis niveles de azúcar han escalado”.

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