Aunque la compañía fue fundada en Argentina en 2003, tuvo que pasar más de una década para la primera visita del grupo teatral Fuerza Bruta a Chile. Y la explicación por esta larga espera es simple: desde su debut en Buenos Aires, con un espectáculo que mezcla música, danza y una sofisticada puesta en escena, la compañía se ha transformado en una de las más importantes en la escena actual, con un elenco permanente en Argentina y dos más que realizan giras, que los han llevado a Londres, Nueva York, Chicago, Moscú, Barcelona, Berlín y parte de Asia.

Fuerza Bruta presentará su show homónimo a partir del 29 de abril en Santiago. Como confirmaron los encargados de su visita, la productora DG Medios, la misma se realizará en los estacionamientos del centro comercial Parque Arauco, espacio que será intervenido para acomodar el escenario, que funciona en varios niveles, incluyendo una estructura con una cinta trotadora, sobre la cual se desplaza uno de los 10 actores en escena que utiliza un arnés. Además, hay una especie de fondo de piscina, donde cuatro actrices se deslizan y realizan una coreografía, mientras la estructura, que está en altura y sobre los espectadores, baja hasta donde estos se encuentran para que puedan intervenir con las artistas.

Es por ello que la compañía, que en este momento se encuentra de gira en Irlanda, viaja con dos contenedores, y el montaje previo a la primera función implica un trabajo de una semana.

Fuerza Bruta fue creada por dos argentinos de la compañía De La Guarda, que presentaba revolucionarios espectáculos y se había transformado en uno de los atractivos más grandes de la cartelera argentina a fines de los 90. En 2003 Diqui James, uno de los dos fundadores De La Guarda, junto a Gaby Kerpel, quien era el compositor musical de ese grupo, decidieron realizar un nuevo proyecto. "El concepto de este show es muy difícil de explicar. No utiliza asientos, pero sí el escenario. Salimos a escena para jugar con el público y por eso comenzamos a crear estas grandes estructuras, que permiten llevar la acción del actor a quien lo está observando", explicó James en una entrevista sobre el tipo de compañía que es Fuerza Bruta, durante la serie de presentaciones en Chicago.

De hecho, la intervención del público es uno de los elementos claves del espectáculo, donde también existe un momento destinado a una murga, donde los actores bailan entre la audiencia, que debe estar preparada para interactuar con agua, confeti y humo.

Las entradas para asistir a las presentaciones de Fuerza Bruta, cuyas funciones están programadas para extenderse por dos semanas (ver recuadro), estarán a la venta a partir del domingo, por el sistema Puntoticket.

Los elegidos del Bicentenario

En su sitio web, la compañía define el espectáculo Fuerza Bruta como el de "hoy", pues cada presentación cambia, debido a la intervención que el público tiene con la obra. En ese sentido, han sido claros en sus entrevistas en relatar cómo este aspecto es la clave de cada show. "Un espacio donde el espectador se entregue, sabiendo que forma parte de un hecho artístico, que está dentro de una realidad paralela, etérea, bella, delirante y absolutamente más verdadera que la cotidiana", era la definición del espectáculo que James hacía en 2005.

Es que el trabajo de James y Kerpel ha logrado dejar una marca en la historia de este género. La innovación que comenzó con De La Guarda ha continuado con Fuerza Bruta, pues además de realizar giras por gran parte del mundo y participar en festivales, incluyendo un premio en el Fringe Festival de Edimburgo en 2007, la compañía estuvo a cargo de crear el desfile de la celebración del Bicentenario en Argentina.

Así fue como el 25 de mayo de 2010 y frente a más de dos millones de asistentes, Fuerza Bruta presentó 19 escenas de la historia de Argentina, las cuales estaban montadas sobre carrozas. Desde las culturas indígenas, pasando por la industrialización y con especial atención al Proceso y a la Guerra de las Malvinas, los carros se pasearon por la avenida 9 de Julio acompañados de grupos de baile y artistas. En el caso de las Malvinas, el grupo que marchaba se lanzaba al suelo con cada sonido de bala que generaba, transformándose en tumbas humanas, cuyas cruces daban cuenta de los argentinos fallecidos en el conflicto.