Hubo una época, no hace muchos años, en que Nokia era sinónimo de telefonía móvil. La compañía finlandesa dominaba el mercado completo en una era donde lo único que importaba era que el equipo se escuchara bien, pudiera guardar más de 10 números y que la batería aguantara al menos una semana.
Pero la industria evolucionó, Apple inventó el iPhone y en un mundo nuevo de pantallas táctiles, aplicaciones y baterías que no llegan hasta la noche, Nokia perdió el rumbo. Tras haber sido comprada por Microsoft para convertirla en el motor de su embestida móvil, Nokia terminó quedándose con el 1% de la participación mundial en el mercado de celulares.
Con la marca prácticamente en la tumba, una empresa independiente, también de Finlandia, dice tener la clave para devolver a Nokia al sitial que merece. El nombre de este grupo es HMD Global, una compañía fundada el año pasado con la sola intención de comprarle los derechos de marca a Microsoft y empezar a fabricar equipos.
Su primer golpe lo hicieron hace un mes, durante la feria mundial de móviles en Barcelona, donde anunciaron con bombos y platillos una nueva edición del Nokia 3310, uno de los teléfonos más recordados de los años dorados de la empresa. El teléfono no tiene ninguna gracia si lo comparamos con el estándar de la industria, pero sirvió como una gran estrategia de marketing para empujar la verdadera propuesta.
Junto con el Nokia 3310 se han mostrado tres nuevos equipos: El Nokia 3, Nokia 5 y Nokia 6, los cuales si son smartphones como los conocemos y buscan ser una alternativa a lo que dejó la línea Nexus de Google: teléfonos sencillos, de costo no muy alto, pero con la última versión de Android siempre disponible y sin ningún programa adicional. Adicionalmente, se sabe que se está creando un teléfono llamado Nokia 9 que buscará competir en precio y especificaciones con los peces gordos como Samsung o Apple.
La promesa de tener una versión pura de Android es lo que realmente está generando la popularidad de Nokia y su compañía lo sabe. Durante el fin de semana, Per Ekman, vicepresidente de la empresa para el Medio Oriente y África del Norte, señaló que "La mayoría de los smartphones no tienen a Android en la manera que debería estar", sumando a eso que "los consumidores tienen el derecho a tener las últimas versiones de su sistema operativo y nosotros la tendremos tan pronto sean liberadas por Google".
De esta forma, Nokia está apostando a llenar el nicho que la desaparecida línea Nexus de Google dejó de lado y de paso, ayudar a la masificación de las últimas versiones de Android, considerando que Nougat 7.1, lanzado el año pasado, está presente en menos de un 1% de todos los teléfonos del robotito.