Fiel a su estilo descontracturado, el senador Alejandro Guillier definió en diciembre su relación con el Partido Radical, colectividad que lo proclamó como su candidato presidencial. "Tenemos un pololeo intenso, una complicidad interesante", dijo durante ese mes el legislador independiente.
Y pese a que la dirigencia del PR coincide en asegurar que el vínculo con su abanderado es óptima y fluido, desde que el periodista llegó al Congreso y, especialmente, desde que se convirtiera en una opción presidencial, han existido una serie de episodios que evidencian tensiones y complejidades en la relación entre el legislador -y su comando- y el Partido Radical.
La última prueba de ello ocurrió apenas hace algunos días. Fue el viernes de la semana pasada que el PR difundió una propuesta de reconstrucción elaborada con Guillier, a partir de los incendios forestales que asolaron a la zona centro-sur del país. El documento, que fue adelantado por La Tercera, incluía modificar la tasa del royalty minero, subsidio al empleo y medidas para reactivar la economía, entre otros tópicos.
Cuatro días después, sin embargo, Guillier se desmarcó del documento. En medio de críticas por las medidas sugeridas -en particular la relacionada al royalty-, el legislador desconoció su participación en el texto, asegurando, a través de una declaración pública, que el escrito era apenas un insumo. El giro causó molestia y sorpresa en el PR, pese a que en público respaldaron al senador.
Pero estas diferencias ya tenían un antecedente. Al interior del comando siempre ha existido una reticencia a que el senador se vea tan encasillado en el PR, debido, entre otros factores, a la necesidad de sumar apoyos transversales en el oficialismo.
Eso se vio reflejado en la trastienda de la proclamación que esa colectividad realizó para ungir a Guillier. Sería el primer partido de la Nueva Mayoría que tendría una definición presidencial y, conscientes de que Guillier es la carta más competitiva del bloque, las apuestas sobre el acto partidario eran ambiciosas, como quedó reflejado el día del mítin, 7 de enero: "La cúpula" del Parque O'Higgins -lugar donde se realizó el evento- colmada y la exhibición de un video de claro corte de franja presidencial, todo amenizado por la cumbia de la orquesta de Tommy Rey.
No obstante, Guillier se enfrascó en un tira y afloja respecto a la fecha. Inicialmente, el acto estaba fijado para el 10 de diciembre, pero días antes el comando del senador solicitó aplazarlo. En esa ocasión, el periodista prefería esperar los resultados de la última encuesta del CEP, medición que, según él preveía, despejaría el escenario entre las cartas oficialistas. El PR aceptó su pedido y se prorrogó el acto.
Sin embargo, en la quincena de diciembre ocurrió una reunión crucial entre el senador, el presidente del PR, Ernesto Velasco; el secretario general del partido, Osvaldo Correa, y el vicepresidente Patricio Tombolini. En la cita, Guillier insistió en volver a dilatar el acto, sosteniendo que era preferible esperar las definiciones del PPD, el PS y la DC, partidos que durante enero tendrían sus respectivos actos en los que tomarían resoluciones presidenciales. Esa vez, sin embargo, el PR no aceptó el pedido del senador y le pidieron mantener la fecha comprometida.
Por esos mismos días, el 15 de diciembre, Velasco entregaba un mensaje a Guillier y a su comando, graficando la incomodidad que existía en su partido con la distancia que el senador buscaba mantener frente a las colectividades y, especialmente, al PR. En entrevista con este medio, el timonel radical dijo que "veo difícil la candidatura de Guillier sin el respaldo formal del PR". La advertencia era explícita.
Otro motivo de diferencias entre Guillier y el PR fue la negativa del senador a militar en las filas del radicalismo, algo que se remonta a cuando el parlamentario ingresó al Congreso en 2014 en cupo del PR. Entonces, el partido le pidió al periodista que militara, a lo que éste se negó. Incluso, el senador optó después por sumarse a la bancada PPD para, finalmente, terminar legislando en el comité de senadores independientes.
El tema reflotaría cuando Guillier vio fortalecida su opción presidencial, negándose por segunda vez a militar en el PR, aseguran fuentes del radicalismo. De hecho, hasta ahora el senador ha subrayado en su discurso de campaña su condición de ciudadano alejado de la clase política, postura criticada por dirigentes de toda la Nueva Mayoría.