"No me acuerdo de ese partido". Mark González (30 años, casado, un hijo) no recuerda el último clásico universitario que disputó: fue el 5 de octubre de 2003, donde Universidad Católica venció 2-1 a la U, con goles de Arturo Norambuena y Sebastián Rozental.
El sábado, González volverá a vivir un duelo ante el archirrival, tras once años en el extranjero. "Estos partidos son a muerte y no sólo lo jugamos nosotros, sino que también los hinchas y, en ese sentido, tratamos de que ellos vean ese esfuerzo adentro de la cancha, e iremos a muerte en cada pelota", asegura.
¿Cómo se vive la semana previa a un clásico, por más que la UC no esté disputando el título?
Es una semana distinta, más allá de que estemos peleando o no el campeonato (...). Son dos equipos grandes que se enfrentan, en este caso con dos escenarios distintos. En este caso, la presión la tiene más la U, por un tema de pelear el título y seguir avanzando, y nosotros, por otro lado, tenemos esa necesidad de aguarle la fiesta, de ganar también.
De los tres equipos que pelean la corona, ¿quién le gustaría que fuera campeón?
No me corresponde decirlo, pero nosotros obviamente tenemos que hacer lo posible por seguir sumando puntos y eso quiere decir que el sábado tenemos que ganar o aguarle la fiesta.
Por eso, ¿han pensado en que ustedes pueden definir al campeón del torneo?
Eso está claro y por eso digo que la presión la tiene la U, porque tienen que defender el puesto en el que están; se está metiendo Wanderers y Colo Colo y por eso ellos tienen esa necesidad de sumar los tres puntos. Si nosotros ganamos, se les complicará el tema.
La UC no ha hecho un gran torneo. ¿Qué autocrítica hacen?
Siempre habrá altos y bajos. Así como pueden haber campeonatos en que te sale todo y sales campeón, o estás peleando el título, hay otros como éste, que ha sido el peor que he vivido desde que estoy en la Católica. Con (Óscar) Garré tuvimos un bajón súper grande (N. de la R: ocurrió en 2004), pero no recuerdo que el desempeño haya sido tan bajo. Pero son altos y bajos, así como estamos ahora, quizás el próximo año la Católica va a estar peleando quizás el campeonato.
¿Esa es una responsabilidad compartida, entre dirigentes, cuerpo técnico y jugadores?
Es una situación que se va dando en el campeonato, aquí los culpables somos todos. Al final, somos nosotros los que estamos en la cancha, y nosotros tenemos que sacar los resultados, más allá del entrenador y los dirigentes, que también son parte.
¿Cómo toma la lucha por la titularidad con José Luis Muñoz? Usted comenzó como titular y ahora es suplente...
Bien, súper bien, siempre he dicho que es bueno tener competencia en los puestos. José Luis es un jugador tremendo, con una calidad impresionante. Ojalá yo pudiera tener esa tranquilidad para pasarme a los jugadores, pero cada uno tiene sus características positivas y otras negativas.
¿Cómo toma la suplencia?
Con tranquilidad, es parte de... Al que está afuera, siempre le toca apoyar al que esté adentro.
En lo personal, este campeonato no ha sido tan malo para usted, ya que ha jugado mucho más que en las últimas temporadas, cuando pasaba lesionado: este semestre suma ocho partidos de 12 posibles como titular. Imagino que son números que lo alientan a seguir...
Sí, de todas maneras. En lo personal estoy súper contento (...). Me recuperé bien, no he tenido ningún tipo de problemas, entrenando a la par, jugando, y eso me tiene motivado.
¿Siempre tuvo la fe en que iba a volver a jugar con regularidad?
La verdad es que nunca pensé que mi problema era menor. Era una descompensación muscular que me lesionaba constantemente. Eso lo mejoré y hoy en día ahí están los resultados: jugando continuamente sin ningún problema.
¿Qué tan fundamental fue en esa recuperación la pretemporada de Marbella? Se lo pregunto porque a mitad de año el doctor del club Jorge Arriagada dijo que "con Mark se hizo una pauta de fortalecimiento para prevenir lesiones".
Antes de irme de vacaciones me hicieron unos exámenes físicos a nivel muscular, que arrojaron esta descompensación muscular y me fui de vacaciones con un plan de trabajo para fortalecer esa zona. Al regresar, nos fuimos a la pretemporada, seguimos trabajando a la par del equipo, dándole mucho énfasis a la zona afectada. Tuve el apoyo de los médicos, de los kinesiólogos. Nunca me han impedido de hacer los trabajos, pero sí he dosificado alguna carga, pero no del tema muscular, sino del tema físico (...). Pero en ese sentido me dosifico, pero siempre manteniendo el nivel del equipo.
Una prueba de ello es el carrerón que se mandó en El Salvador ante Cobresal, que terminó con gol de Óbolo...
Fue bonita la jugada: recuerdo haber recibido un pase de Tomás (Costa), controlo, espero que venga el lateral, hice como que le iba a dar un pase a Bottinelli y se la eché a correr por la orilla y no me pilló más. Fue una linda jugada. Me sentí bien, rápido, explosivo y, lo más importante de todo, es que esa jugada se terminó en gol.
Cuando retornó a la UC a principios de año, el CSKA Moscú lo prestó con la condición de que renovara contrato con ellos por un año. ¿Su intención es quedarse o volver a Rusia?
Ahora estoy dedicado a terminar el año bien, jugando como lo he estado haciendo hasta ahora, después se verá. En principio debería volver a Rusia, porque me quedan seis meses allá, pero en diciembre -cuando finalice el préstamo con la UC- veré qué es lo que hago.
En otro asunto, ¿le gustaría jugar la Copa América del próximo año?
Sí, por qué no (...). Siempre es importante ser parte de la Selección.