El jueves pasado se produjo un hecho inédito en el último tiempo del tenis chileno. Por primera vez en 15 años, Marcelo Ríos y Fernando González compartieron un espacio y un fin común, en una reunión que ellos mismos convocaron junto con Nicolás Massú, Jaime Fillol, Jaime Pinto, Daniela Seguel, la directiva provisoria, ex directores de la Fetech y representantes de las cinco asociaciones que se habían autoconvocado para desarrollar las elecciones este sábado.
Lejos del historial de desencuentros del pasado, el Chino y el Bombardero interactuaron con los representantes de las asociaciones. "Fue una bonita reunión, nos expresaron sus aprensiones. Tenían preocupación respecto de la situación, porque para ellos las asociaciones aparecían como las que iban a levantar una propuesta distinta y a ellos les preocupaba que hubiera un quiebre", cuenta Enrique Liberona, presidente de la Asociación de Tenis del Bío Bío.
"Como había entrado un interventor y no se sabía si se iba a jugar Copa Davis, estaban inquietos. A ellos les parecía no a lugar y querían conocer a quienes iban a quebrar supuestamente el tenis en esta autoconvocatoria. Con el fin de dar o no dar apoyo, les hicieron saber su planteamiento y, lo más importante, es que nunca se habían hecho parte de un proceso de carácter político, pero que va a definir los próximos cuatro años. Nicolás Massú como capitán, Marcelo Ríos como co-capitán y Fernando en la Unidad Técnica Nacional querían saber si iban a seguir participando del proceso, en la medida de que lo que pasara hacia adelante les diera confianza", explica Javier Jadue, ex directivo de la Fetech.
La reunión se extendió por un par de horas, donde se pudo apreciar una buena interacción entre el Bombardero y el Chino. "Fernando y Marcelo parecían una pareja de dobles al frente de nosotros", agrega Liberona.
Massú, por su parte, explicó la importancia de un orden político para no afectar el aspecto deportivo.
A pesar de la tensión inicial, el encuentro se cerró distendidamente, lo que permitió que en horas de la tarde las asociaciones firmaran una declaración desistiendo de su autoconvocatoria, dejando las elecciones para el 1 de abril.
Todos se fueron contentos y prometiendo que por fin habrá un consenso, algo que el tiempo y los hechos deberán probar.