Tamara Acosta y Katty Kowaleczko a ratos hablan como si estuvieran en el set de Los 80. Es casi como escuchar a Ana López y Nancy Morales -sus personajes en la serie- en la cocina de la familia Herrera, el eje de la exitosa producción de Canal 13. "¿Brunito ya no está pololeando?", le pregunta Acosta a su compañera, en relación al preadolescente que encarna Pablo Freire, hijo a su vez del propio personaje de Kowaleczko. "No, por suerte ya no está con esa bruja", le responde.
Pero esta no es una escena de la serie que estrenará su sexta temporada en octubre, sino una entrevista con La Tercera para adelantar los nuevos rumbos de sus roles, que esta vez estarán cruzados por crisis personales. En una cita en el cerro Santa Lucía, Acosta comenta sobre su personaje, la matriarca del clan Herrera: "En el caso de Ana, la crisis siempre había sido externa, pero ahora el asunto es personal, íntimo y tiene que ver con todo". Las referencias de la actriz apuntan al convulsionado final de temporada con Juan, su esposo -rol encarnado por Daniel Muñoz-, cuando pierden todo su dinero debido a una estafa.
En tanto, Kowaleczko cuenta que su personaje, Nancy -casada con Exequiel Pacheco (Daniel Alcaíno)- tendrá más protagonismo. "El nuevo ciclo empieza en en 1988, un año muy convulsionado a nivel político y social. Los personajes también tienen cuento con lo que está pasando y entre ellos también. Es un año crítico, donde viven cosas extremas y, por ejemplo, Nancy, tiene sus conflictos con Exequiel dentro del matrimonio", cuenta. Luego agrega: "Lo que pasa es que Nancy, con su crisis matrimonial, toma protagonismo, porque siempre fue la mujer a la que no le entran balas, que siempre está feliz, pero en esta temporada le cuesta más".
Pero si de turbulencias se trata, sus amigos, Ana y Juan, también deberán lidiar con fricciones, ya que él pasa por un período de frustración por su inestabilidad laboral, mientras que ella regresa a trabajar de vendedora, donde su buen momento le permitirá ascender. Paralelamente, entra un nuevo personaje, un ex profesor interpretado por Néstor Cantillana, quien crea un vínculo muy cercano con el rol de Acosta, lo que también influye en su presente matrimonial.
"Aparece este personaje nuevo, que es compañero de trabajo con Ana, y también de otras cosas que irán naciendo", señala la actriz. Para los amplios seguidores de la serie, la pregunta cae lógica: las confusiones sentimentales de Ana, ¿serán parecidas a las que vivió su marido en temporadas anteriores, cuando se maravilló con la aparición de Mónica (Berta Lasala). Kowaleczko responde con humor: "Esa yegua tentadora", a lo que su compañera, en el mismo tono, contesta: "A esa yegua no me la nombren... es un tema prohibido", agrega sin detallar la relación que tendrá su personaje con el de Cantillana.
En ese sentido, Acosta reconoce que su personaje en la última temporada había adoptado una personalidad más amarga, pero lo justifica: "Estaba muy encerrada en la casa. También estaba viviendo toda la crisis de Claudia (Loreto Aravena) con la pérdida de su pareja. Ahora el drama es interno, se proyecta al resto y los afecta a todos", detalla.
A la hora de hablar del resto de la trama, las actrices concuerdan que estos nuevos episodios están cruzados por conflictos emocionales y por fantasmas del pasado, los que, de algún modo, altera todo el pasar de los personajes. La mujer tras Nancy Morales ejemplifica: "Como hijo, Bruno estaba acostumbrado a estar solo con su mamá, era un protector, entonces esto le afecta y vive de esa manera el proceso", describe Kowaleczko.
Además, destaca la evolución que tendrán Bruno y su amigo de siempre, Félix (Lucas Escobar), ahora sumergidos en sus gustos y problemas adolescentes. En la otra vereda, Claudia retoma sus estudios de Medicina y se involucra con un profesor (Iván Alvarez de Araya).
Por su lado, Acosta adelanta que la serie también empezará a reflejar los cambios sociales que trajo la década. "Hay una cosa que es súper fuerte que pasó en esos años y es que empezó a existir más trabajo para las mujeres que para los hombres, lo que se empieza a ver tanto en los Herrera como en los Pacheco", cuenta.
CONTEXTO SOCIAL
A pesar de las historias humanas, y como ha sido la tónica de la trama dirigida por Rodrigo Bazaes, el contexto político y social de la época sigue siendo fundamental . "Ese período era bien esperanzador, tenía esa cuota de que se venía algo, de que había una esperanza", dice Acosta a lo que su colega le da una mirada más personal: "El 88 para mi vida fue fuertísimo, fue emocionante, con el miedo acentuado, con las amenazas encubiertas. El nervio y el sentir que era mejor creer en el plebiscito o no había esperanza". Aparte, ambas coinciden en que los agitados acontecimientos desencadenados por la elección del Sí y el No también influirán en la vida de los personajes.
Por otro lado, un tema recurrente para el elenco de la serie es su fecha de término, ya que Daniel Muñoz ha manifestado que cree que esta temporada debería ser la última, marcada por el hito del fin de la dictadura.
Sin embargo, Acosta no se cierra a seguir: "En la medida que sea coherente con una historia potente que contar, también se puede seguir. Tampoco es una decisión que depende de nosotros. Pero, si es como ha sido hasta ahora, súper fiel al sentido de la historia, no habría problema en seguir". Algo similar piensa su compañera: "Faltan hartos hitos ochenteros todavía, nosotros nos dejamos llevar. Quizás había un prejuicio, de que lo más importante que nos acordamos de los 80 es el plebiscito, pero después vienen las elecciones presidenciales".