"Una señora que es violada está obligada a tener el niño porque hay una derecha completamente cavernaria que no admite el aborto. Eso es una estupidez, es una barbaridad y hay que decírselo claramente a esa derecha. Que esa derecha no es liberal, esa derecha no entiende lo que son los derechos humanos". La frase del premio Nobel Mario Vargas Llosa a propósito del rechazo de Chile Vamos al proyecto de aborto en tres causales -que de todas formas se aprobó- resonó con fuerza en el comando presidencial de Sebastián Piñera, en momentos en que la discusión sobre el tipo de derecha con que eventualmente desembarcará en La Moneda está en pleno desarrollo.
Si bien la idea de que Piñera se ha "derechizado" es resistida por su círculo más cercano que sostiene que eso es solo una caricatura, pues el candidato mantiene su "ADN centrista", otras voces, sobre todo las más cercanas a Evópoli, vieron en la frase del escritor peruano una nueva oportunidad para poner este punto sobre la mesa, en medio del debate sobre el programa presidencial que Piñera se apresta a presentar a mediados de octubre. "El costo de sacarse la foto con un liberal de verdad", comentaron por ahí.
Aunque advierten que hay consenso en la mayoría de los temas programáticos, es en los llamados puntos valóricos -matrimonio homosexual o identidad de género- donde Evópoli considera que Piñera debiese moverse más hacia el centro, y esperan que así lo haga una vez que pase la primera vuelta presidencial. Sin embargo, otros miembros del comando le dan menos importancia a este punto. En su análisis, los llamados temas valóricos se han "autonomizado" y ya no son tan determinantes en los partidos como lo eran en el pasado. El punto, sostienen, es que la discusión política se ha vuelto tan binaria, que Piñera tiene aún mucho margen para moverse entre el centro y la derecha. De hecho, aunque a parte del piñerismo duro le hubiese gustado que Piñera estuviera a favor del aborto en tres causales, advierten que si hubiese tomado esa posición podría perder los votos de una derecha conservadora, mientras que no haciéndolo, sus votantes pro aborto igual se quedan con él.
Aun cuando hay coincidencia en que la campaña la maneja totalmente el propio Piñera, él ya ha dejado entrever algunas luces sobre lo que aspira a instalar en caso de salir electo. En primer lugar, advierten, Piñera tiene plena conciencia de no repetir la idea de un "gabinete de gerentes" y que deberá tener ahí una fuerte presencia de los partidos; así como los partidos tienen claro que necesitan de Piñera para proyectarse. En esa misma línea, habría reflexionado varias veces sobre la importancia de "cuidar Chile Vamos" para asegurar la estabilidad política y, al mismo tiempo, impulsar a que la coalición se amplíe más allá de los lineamientos clásicos que hoy la componen. Un cuarto punto, y central en su diseño, sería impulsar un gobierno más "republicano", que promueva una democracia de los acuerdos.
Y es en ese mismo sentido donde se dirige el relato que está construyendo el comando y cuya ausencia le valió tantos cuestionamientos en su administración anterior.
La tarea de construir ese relato, sobre la base de las propuestas que hicieron las 20 comisiones, recae por estos días en Mauricio Rojas, el ex miembro del Parlamento sueco y autor del libro sobre el pasado gobierno de Piñera La historia se escribe hacia adelante. En su calidad de miembro del consejo programático -en el cual están, además, Gonzalo Blumel, Susana Jiménez, Ramiro Mendoza, Álvaro Fischer, Ena von Baer, Alberto Espina, Ricardo Israel e Ignacio Briones-, el ex miembro del MIR y hoy "converso" hacia la centroderecha ha ido intentando dar un tono de relato a la idea central del programa.
Hasta ahora, hay un par de conceptos que ganan terreno en la confección de este relato. El primero es la idea del diálogo, de que la política necesita de conversaciones -en la línea de la democracia de los acuerdos-, y el segundo concepto es el de la clase media protegida, tomando en cuenta que esta hoy representa más de la mitad de la población. En ese sentido, el planteamiento es que la clase media quiere tener libertad de elegir, pero a la vez necesita un acompañamiento por parte del Estado en los distintos ciclos de la vida, para lo cual ya ha hablado sobre la creación de una red de seguros sociales que incorporan temas de infancia, estudios, salud y vejez.
Luego de las manos de Rojas, el eventual relato pasará a otros miembros del comando, pero naturalmente será el propio candidato quien decida su contenido final.