Las vacaciones de Sebastián Dávalos Bachelet, hoy ex director sociocultural de la Presidencia, se interrumpieron abruptamente el viernes 13. Sólo una semana antes -el jueves 5- Dávalos había iniciado sus días de descanso, despidiéndose de sus asesores y trasladándose junto a su señora y sus dos hijos a la casa que su madre -la Presidenta Michelle Bachelet- tiene en Caburgua.

Antes de partir se había enterado de que se publicaría un artículo que implicaba a su esposa, Natalia Compagnon, en la tramitación de un crédito por $ 6.500 millones en el Banco de Chile para comprar, a través de la empresa Caval, un terreno agrícola en Machalí, comuna considerada como el "barrio alto" de Rancagua. Pero -según quienes conocen los pormenores de la crisis que se desató horas después- Dávalos no le dio mayor importancia a la publicación y tampoco dio aviso a La Moneda, donde ya en ausencia del hijo de la Presidenta conocieron los detalles del polémico préstamo.

Aunque en el artículo de Revista Qué Pasa, Dávalos todavía no aparecía como implicado en la transacción -situación que dio un dramático giro días después, cuando en un comunicado del Banco de Chile se informó la presencia del hijo de la Mandataria en una cita con el presidente de la entidad, Andrónico Luksic- en el gobierno iniciaron urgentes gestiones para conocer los pormenores de las tratativas.

Un chequeo nada fácil, no sólo porque involucraba a la familia de la Presidenta, sino que especialmente porque en ningún momento Dávalos respondió los llamados, ni de Interior ni de la Secretaría de Comunicaciones, aunque la crisis escalaba.

Durante el fin de semana, desde La Moneda se abocaron a despejar con las autoridades de la VI Región, donde se ubica Machalí, si hubo información privilegiada o tráfico de influencias para asegurar un cambio en el uso del suelo -de agrícola a urbano- de los fundos comprados por Caval, lo que multiplicaba por 10 veces el precio del kilómetro cuadrado.

También se pidió a la Superintendencia de Bancos que certificara que el crédito puesto en marcha estuviese en regla. Además, durante el fin de semana, Interior estuvo monitoreando permanentemente la evolución del tema en los medios.

La situación era incómoda, no sólo para el gobierno, sino también para el equipo del mismo Dávalos en la Dirección Sociocultural, un grupo de media docena de personas con lazos estrechos con el hijo de la Presidenta (ver página 8).

Mientras La Moneda intentaba obtener información, el equipo de Dávalos empezaba a caer en la desesperación también por la falta de contacto con su jefe. Primero, decidieron juntarse a primera hora del lunes 9 en La Moneda, Dávalos incluido.

Pero las llamadas nunca fueron contestadas en Caburgua, hasta que en uno de los numerosos intentos, Natalia Compagnon tomó el celular de su esposo para contestar una de las llamadas de Erika Silva, la jefa de gabinete de Dávalos. Compagnon, entre otras cosas, habría manifestado incomodidad por la insistencia, señalando que el negocio "no era por tanta plata". También hizo un comentario que -luego de transcender en La Moneda- generó fuerte molestia entre las autoridades que debieron enfrentar la crisis, como el titular de Interior, Rodrigo Peñailillo. Y es que Compagnon habría afirmado que al ser advertida de la publicación del tema "no vio nada malo" con el artículo y que incluso podía proyectar una imagen suya como "emprendedora". Vía WhatsApp, el mismo Dávalos desechó a su equipo la opción de volver de Caburgua, asegurando que estaba tranquilo y señalando que el tema era "entre privados".

La actitud del hijo de la Mandataria acentuó aún más el desconcierto de su equipo, que decidió juntarse a evaluar posibles salidas en la casa de Denisse Malebrán, la cantante que se transformó en asesora de la Dirección Sociocultural. La reunión estuvo marcada por la desesperación, la que se acrecentó cuando esa misma tarde el Banco de Chile comunicó la participación de Dávalos en la tramitación del crédito. El comunicado aludía a una reunión realizada el 6 de noviembre de 2013 con Luksic, es decir, días antes de que Bachelet fuera elegida por segunda vez Presidenta de la República.

Poco después del texto, Peñailillo tomó las riendas de la crisis, que ya estaba instalada en La Moneda, y pidió al equipo de Dávalos que no fuesen ubicados en la sede de gobierno. La jefa de gabinete Erika Silva, en tanto, fue citada a Palacio, por lo que debió suspender sus vacaciones.

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Esta semana, a Luis Navarrete le pidieron desalojar la hectárea que arrienda en el kilómetro siete de la Carretera del Cobre, donde hace un par de años levantó Winstrong, una pequeña empresa de insumos y servicios para la minería.

Tendrá 60 días para hacerlo, pero está dispuesto a darle la pelea legal al dueño, Robinson Díaz. A su modo de ver, esta situación está conectada con las informaciones que desde hace más de una semana se conocieron sobre el predio de al lado. "Todo calza con este tema, con la venta masiva de terrenos y el cambio de uso de suelo", se lamenta Navarrete, asumiendo que el dueño quiere vender, tal como han hecho varios de sus vecinos en Machalí.

El paño contiguo del que habla Navarrete está totalmente abandonado. Al entrar, lo que alguna vez fue un packing de fruta de exportación, se cae a pedazos. Era un campo modelo, dicen en la zona, el único que exportaba a Japón e Inglaterra. Daba trabajo a cerca de 500 personas. La baja sostenida en el precio del dólar y costos altos de producción hicieron que su dueño, Patricio Wiesner, se viera forzado a firmar un convenio judicial preventivo, un paso previo para evitar la quiebra, pero que también implica enajenar los bienes.

Hoy, los manzanos están secos, muertos. Un cuidador dice que están tratando de salvar los parrones, pero se niega a decir quién lo puso ahí para esa tarea.

Estas 44,33 hectáreas de suelo agrícola acaban de ser traspasadas nuevamente. La Inmobiliaria Ruta 86, del empresario local Hugo Silva, concretó su compra esta semana en $ 9.500 millones. La antigua propietaria era la empresa Exportadora y de Gestión Caval, que le compró el campo a Wiesner hace poco más de un año y que quedará con una ganancia de $ 2.500 millones respecto de su inversión original. Este negocio podría haber pasado inadvertido si dentro de los socios de Caval no hubiera estado Compagnon, esposa de Sebastián Dávalos y nuera de la Presidenta Michelle Bachelet.

La historia de cómo Caval llegó a hacerse de aquel campo comenzó mucho antes, con un par de equivocaciones.

En febrero de 2012, Compagnon y el gerente comercial, Mauricio Valero, constituyeron Caval en una notaría de Providencia, con seis millones de pesos de capital. Se habían conocido años antes en un café, por intermedio de amigos en común, y rápidamente se habían dado cuenta de que tenían intereses profesionales similares. Los errores que dieron inicio a su empresa ocurrieron en la misma semana, cuando dos clientes diferentes confundieron los nombres de los socios. A ella le dijeron Catalia Nompagnon y a él Mauricio Valerio. De "Catalia" y "Valerio" nació "Caval".

De acuerdo a cercanos al proyecto, el primer gran negocio era adelantarse a un inminente cambio del Plan Regulador Intercomunal (PRI) en la Región de O'Higgins -incluye los municipios de San Francisco de Mostazal, Rancagua, Codegua, Granero, El Olivar y la propia Machalí- y comprar terrenos rurales que multiplicarían su valor hasta 10 veces cuando se transformaran en suelos de uso urbano. Respecto de cómo se obtuvo la información de ese negocio, hay dos versiones: según un allegado a la empresa, un contacto en la zona le contó a Valero; por otra parte, otra fuente que conoció la operación cuenta que el empresario Gonzalo Vial Concha, uno de los controladores de Agrosuper y amigo de la pareja Dávalos Compagnon -su matrimonio se celebró en su fundo Haras de Callanas, en Paine-, fue quien les informó de la eventual revalorización de los solares.

El hijo del dueño de Agrosuper posee diversos terrenos en Machalí y uno de ellos se lo compró precisamente a Patricio Weisner. "Es un terreno a unos cinco kilómetros del predio de Caval, no son aledaños. A Vial le sirvió para agrandar unos que ya tenía en Nogales. Sé que es muy amigo de Dávalos, pero no sé si fue así como se enteró", dice Weisner.

En mayo de 2013, el asesor comercial de Caval, Victorino Arrepol, hizo parte del denominado "Proyecto Machalí" a Sergio Bustos, un antiguo pequeño empresario del transporte y la construcción que vive en Chillán. Ambos se habían conocido por unas refacciones que Arrepol le había encargado a Bustos en una de sus casas de Chillán. El funcionario de Caval comentó que necesitaban un crédito de miles de millones de pesos para poder comprar los predios y Bustos dijo que podía ayudar. De acuerdo a la demanda laboral que posteriormente presentó Bustos contra Caval, se convino un sueldo de cuatro millones de pesos y una comisión de 5.000 UF por gestionar el financiamiento ante diferentes bancos.

La incorporación de Bustos y su posterior enfrentamiento con Caval por remuneraciones impagas terminarían por revelar el negocio y comprometer al gobierno.

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Lunes 9, primera hora en el Palacio de La Moneda. Al despacho de Peñailillo acuden el vocero de Gobierno (S), José Antonio Gómez, y el director (S) de la Secom, Carlos Correa. Los tres funcionarios hacen un repaso del tema Dávalos, mientras Gómez recibe una carpeta con todo lo sucedido en los últimos tres días. El ambiente estaba enrarecido y había una particular incomodidad con el hijo de la Presidenta, que se arrastraba desde el momento de la publicación del tema del crédito a la empresa de su esposa y que continuaba con el comunicado del Banco de Chile que transparentaba la presencia de Dávalos en una reunión con Luksic. De todo esto el gobierno se enteró al mismo tiempo que la opinión pública.

En La Moneda entendían que debían referirse al tema, pero no sabían cómo. La incomunicación con Dávalos los hacía sentirse en la oscuridad. Y quedaba la posibilidad abierta para que más antecedentes fueran revelados sin estar informados sobre ellos.

Esa mañana de lunes, al menos uno de los temas se había despejado. La carpeta que recibía Gómez decía que tráfico de influencias -al parecer- no hubo. Es decir, las autoridades de la VI Región negaban que Dávalos o Compagnon se hubiesen acercado para encauzar el cambio del plano regulador de rural a urbano en los terrenos que había adquirido Caval en Machalí. Faltaba coordinarse con el gabinete de Dávalos. Peñailillo, Gómez y Correa llamaron a Erika Silva a sumarse a la reunión. Silva dio a conocer los detalles de lo que había ocurrido entre Dávalos y su equipo durante el fin de semana. Habló de los cortocircuitos en el diálogo con el hijo de la Presidenta, de las llamadas no respondidas, de las conversaciones por WhatsApp y de lo que Compagnon respondió cuando tomó una de las llamadas que recibió su marido. Todos notaron que Silva estaba especialmente afectada y nerviosa por la situación.

Hasta que explotó el tema del crédito a Caval, el gabinete de Dávalos estaba satisfecho con la gestión de casi un año en La Moneda. Todos habían llegado ahí con la presión y las dudas que provocaba el episodio de los autos Lexus, además del cuestionamiento que había dentro de la propia Nueva Mayoría sobre la designación de Dávalos para el cargo de director sociocultural. Pero del primer semestre al segundo, en el gabinete habían notado un cambio en la percepción pública. Algo tenía que ver el trabajo en terreno de Dávalos, quien visitó 10 regiones del país y dio en torno a cien entrevistas, entre diarios, radios regionales y comunitarias. Estaba la sensación de que Dávalos finalmente empezaba a ser aceptado.

Por eso el mazazo en su equipo se sintió tan fuerte.

Ese mismo lunes, Gómez salió a dar una vocería en que se siguió con la tesis de que el tema era un asunto entre privados. La idea era ganar tiempo hasta escuchar una versión definitiva de parte de Dávalos. En paralelo, Peñailillo decide llamar al resto del equipo de Dávalos para que se integre a sus funciones el martes, interrumpiendo sus vacaciones. La única excepción fue la cantante Denisse Malebrán, de perfil más público, a quien no se le vio en La Moneda en toda la semana.

Ese mismo lunes, Natalia Compagnon habría regresado a Santiago, luego de haber sostenido diferencias con la familia Bachelet en Caburgua.

Al día siguiente, en La Moneda se precipitaron los acontecimientos que terminaron con la renuncia de Dávalos cuatro días después. Altas fuentes del gobierno aseguran que Peñailillo -quien ha liderado el manejo de la crisis- no habría sido tan audaz de no mediar alguna charla con la Presidenta: desde el gobierno se señaló que Dávalos haría una declaración de intereses y patrimonio y -poco después- se comentó que el hijo de la Mandataria se referiría públicamente al tema.

Son varias las versiones que señalan que ambas acciones no fueron concordadas con el entonces director del área sociocultural.

No existen registros de alguna conversación de Peñailillo y Dávalos durante la crisis, salvo que el miércoles 11 el jefe de gabinete (S) del ministro logra comunicarse con el hijo de la Mandataria para coordinar la entrega de la declaración de patrimonio e intereses. Pero las tensiones iban en aumento: aunque se había concordado que el documento estaría a disposición a media tarde, la declaración de Dávalos no llegaría sino hasta entrada la noche. Finalmente se subió al sitio de Presidencia a la una de la mañana del jueves.

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Iván Garrido Concha no había sido un ejecutivo de cuentas cualquiera en el Banco de Chile. En sus años de servicio había manejado las cuentas corrientes de clientes especiales, de alto perfil, como el ex comandante en jefe Augusto Pinochet y su esposa, Lucía Hiriart. En junio de 2013, Garrido fue contactado de urgencia por Sergio Bustos para que lo ayudara a gestionar el crédito que le permitiera a Caval comprar los terrenos en Machalí. Juntos negociaron sin éxito con el Banco Santander, Itaú, Scotiabank y BCI. Para hacer los trámites, Bustos viajaba periódicamente a Santiago, donde Caval lo hospedaba en los hoteles Presidente y Lyon. Según cercanos, sus superiores en la empresa le habrían dicho que se anunciara como representante de "la nuera de la Presidenta".

"Cuando no tenía vehículo arrendado, incluso andaba en los famosos Lexus, que los administraba Victorino Arrepol. Esos eran los autos de la empresa", dijo Bustos a La Tercera el fin de semana pasado.

El negocio necesitaba de otras dos patas para sostenerse. En paralelo a la búsqueda del crédito debían avanzar en la búsqueda de un comprador en el sector inmobiliario y también en el proyecto del nuevo PRI para cambiar el uso de suelo. Lo primero no parecía ser un problema. Había diversas ofertas, de empresas como Pixels, Sinergia, Inmobiliaria Siena e interés del Grupo Mall Plaza. El proceso de cambio de suelo era otra historia.

Durante 2013, la Seremi de Vivienda comenzó a trabajar en una actualización del PRI y planteó como una de sus prioridades abordar la "conurbación Rancagua-Machalí". "Por la fuerte presión inmobiliaria del sector y solicitudes de cambio de uso de suelo, se hace imperioso normar y ordenar este territorio", se lee en la presentación que se hizo pública en septiembre de ese año, y que proponía integrar 431 hectáreas de suelo urbano nuevo.

"El proyecto anterior no consideraba cambiar ese suelo a urbano", acota el ex intendente Wladimir Román, aludiendo a la calidad AR1 del terreno, es decir, de gran productividad para la actividad agrícola. En Caval no lo entendían así. En sus presentaciones del proyecto aseguraban un "90% de avance" en el cambio de suelo.

Al mismo tiempo que se discutía el PRI, en septiembre comenzaron las tratativas con el Banco de Chile. Pese a que Caval le adeudaba meses de pago a él y a Garrido, Bustos siguió con sus trámites y consiguió una entrevista con el subgerente de Grandes Empresas, José Manuel Carvallo, para el 3 de septiembre. El pago de las garantías exigidas por el síndico Herman Chadwick vencía a fines de octubre, luego de una prórroga de 60 días, por lo que Bustos aceleró las gestiones. El 4 de noviembre, Bustos pidió formalmente una reunión con el vicepresidente del banco, Andrónico Luksic, a la que asistiría Natalia Compagnon. La reunión se realizó dos días después, el 6 de noviembre. Sobre la presencia de Dávalos en la cita hay dos versiones: desde el Banco de Chile afirman que la reunión se pidió para ambos; desde Caval dicen que Luksic pidió la asistencia de Dávalos.

Con ese aval, el 6 de diciembre se firmó una promesa de compraventa con los oferentes mejores aspectados, la sociedad Aguas Sustentables, asesora en el rubro de dotación de derechos de aguas, encabezada por Sergio Covacevich. Gracias a un acuerdo con capitales inmobiliarios mexicanos, ofrecieron $ 27 mil millones por el paño, con la condición de que los terrenos fueran de uso urbano. "Es una compraventa que disfraza un servicio adicional", dice un conocedor del negocio, aludiendo a presuntas gestiones políticas para lograr la aprobación del cambio de uso de suelo ante el Consejo Regional, algo que Covacevich niega tajantemente (ver recuadro).

El 13 de diciembre, el comité de créditos del Banco de Chile autorizó el préstamo de 265.980 UF, o $ 6.500 millones. Dos días después, Bachelet ganó la presidencia; tres días después se firmó el crédito bullet -devolución en una cuota dentro de 180 días-.

La escritura pública que selló la compra de los terrenos se firmó el 17 de enero de 2014, cuando Caval comprometió al síndico liquidador de Wiesner S.A., Herman Chadwick, el pago de $ 6.500 millones. El traspaso se oficializó un par de meses después, en el Conservador de Bienes Raíces de Rancagua. Las dos primeras parcelas, Santa Elena (4 ha) y San Diego (21,87 ha), fueron registradas el 11 de marzo, a cambio de 73.048 y 76.545 UF respectivamente; luego, el 19 de marzo, quedó inscrita Santa Cecilia (16,46 ha), tras el pago de 109.554 UF.

Una de las patas de la mesa, sin embargo, falló. El nuevo PRI nunca contó con los votos para ser aprobado, ya que no se incluían medidas de mitigación vial alrededor de la Carretera del Cobre. Aguas Sustentables se restó del trato y el valor de reventa del predio no alcanzó los montos esperados. El perjuicio político, en cambio, aún es incalculable.

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En los círculos de la Nueva Mayoría todos apostaban por que sería Estela Ortiz, amiga de Bachelet, la designada a ocupar la Dirección Sociocultural. Por eso sorprendió cuando Dávalos apareció como director del organismo, enterándose muchos de los ministros por la prensa. El hijo de la Mandataria diría después que fue él mismo quien sugirió a su madre ponerlo en ese puesto.

En mayo del año pasado, Reportajes le preguntaba a Dávalos cómo se llevarían las finanzas de su casa, considerando que su cargo como director es ad honórem. Esto fue lo que respondió: "Es súper sencillo. Mi mujer cubre la gran mayoría de los ingresos. Y yo todavía hago cosas como académico. Aporto, no como aporta ella, pero aporto igual. Nosotros siempre hemos tenido una forma combinada pero variable de ingresos desde que vivimos juntos. Antes yo ponía un ingreso fijo y ella uno variable. Ahora es al revés".

Ya en ese tiempo era claro que Compagnon seguía con Caval. Antes, mucho antes, la historia de la nuera de la Presidenta era la siguiente. Hija única de Margarita Soto y de un padre ausente, vivió su infancia entre La Cisterna y Puente Alto. En esta última comuna fue al colegio marianista Santa María de la Cordillera. Ex alumnos de esa institución que coincidieron con Compagnon la describen como una estudiante de muy pocos amigos.

Luego pasó a estudiar Derecho en la Universidad Central. A pesar de que su abuelo materno figura en el Informe Valech como detenido desaparecido, gente que estuvo en la carrera de Derecho esos años recuerda a Compagnon como una mujer de derecha, que incluso asistió a reuniones de un grupo de política universitaria llamado Derecha Central. Rodrigo Flores, alumno de leyes en esos años en la Central, dice no sorprenderle lo ocurrido con Caval y el préstamo con el Banco de Chile. "Ya en esos años ella era percibida como una mujer ambiciosa".

A Dávalos lo conoce cuando ella iba en segundo año de Derecho y él en quinto de Ciencias Políticas. Fue fulminante. Al día siguiente estaban pololeando y al año siguiente Compagnon se cambiaba de carrera a Ciencias Políticas. También dejó de simpatizar por la derecha y se plegó al pensamiento político de quien entonces era el hijo de la ministra de Salud de Ricardo Lagos. Ahora a Compagnon se le conoce una predilección por las cosas refinadas. También ostentosas. En su casa de La Reina ha desarrollado un gusto por colgar en sus paredes cuadros originales de pintores famosos. Y cuando hace un regalo, generalmente va por objetos de lujo.

Una semana después de destapado el préstamo para que Caval comprara los terrenos de Machalí, la empresa de la nuera de la Presidenta y de Mauricio Valero quedó con $ 2.500 millones en caja. La presión de la opinión pública y de varias voces de su propio sector hizo que Dávalos terminara renunciando este viernes. Y lo hizo tal como se manejó en la crisis: avisó a Peñailillo de su renuncia a través de su jefa de gabinete, y ni siquiera se cruzaron cuando llegó a La Moneda para poner fin a casi un año de funciones como integrante del gobierno que lidera su madre.