Un partido tensionado y con resultados que están lejos de ser los ideales. Así queda la Democracia Cristiana tras las elecciones de este domingo, en que Carolina Goic no consiguió acercarse a Alejandro Guillier y el partido sólo consiguió 13 diputados, incluso pese a que se disputaban 35 cupos más que en la última elección.

El escenario era uno advertido por los expertos y la disidencia de la colectividad. Sobre sus razones hay distintos planteamientos, pero un punto parece crucial: el hecho de haber ido en listas separadas con el bloque del PS, PPD, PRSD y el PC.

Y es que la decisión –gatillada por el planteamiento de ir directamente a primera vuelta- le significó a la DC competir con sus históricos aliados en un nuevo sistema que premia los bloques que van unidos. Un modelo que, en esta ocasión, los perjudicó.

Con un consejo nacional citado para mañana mismo, la colectividad enfrentará en las próximas horas una durísima disputa entre sus "dos almas": la de más a la izquierda, partidaria de sellar rápidamente un acuerdo con el senador por Antofagasta, y la más conservadora, que apuesta por negociar y ganar tiempo o definitivamente pagar el costo de no hacer un llamado explícito a votar por él.

Con la continuidad de Goic al frente de la DC como una incertidumbre adicional, el panorama se ve complejo para el que fuera por mucho tiempo el partido más grande de Chile.