La historia dice que Colo Colo fue campeón por tercera vez en cuatro años aquel 12 de diciembre del 98. Que era la época dorada del elenco de Gustavo Benítez. Que tenían un equipo formidable, plagado de figuras que acompañaron a la propia Selección al Mundial de Francia 98, además de los argentinos Marcelo Barticciotto y Marcelo Espina. No habla de un goleador espectacular como Pedro González, el Heidi, para darle una chance de soñar con el título a la U y que terminó anotando la mayoría de los goles -23 de los 62 de ese campeonato-, suficiente para quedarse como goleador del torneo, muy superior los 16 que alcanzó el Fantasma Figueroa, que jugaba en la UC.
Sí cuenta sobre Francisco Rojas, el Murci, un lateral que se propuso ser el mejor y para ello, en esa época en Chile era necesario jugar por los albos, según él mismo creía. Porque fue él quien anotó el gol de la victoria, y a la postre, el boleto de aquel mítico campeonato que consiguió Colo Colo frente a Iquique. La estrella 22, que hoy podría estar a 10 coronas de distancia.
Por eso es que la definición del torneo de Clausura aparece como una revancha a casi dos décadas de aquel campeonato, en el que a diferencia de hoy, los albos llegaron perseguidos por los azules. Esa vez, el Cacique también bajó el nivel durante la última parte del certamen, aunque la diferencia tácita con lo que hoy se disputa, es que hace 19 años eran los albos quienes tenían la primera opción. Eso sí, la hicieron valer a apenas ocho minutos del final.
Extrañamente, la disputa por el título no fue simultánea. El sábado, la U "visitó" a Audax Italiano en el Nacional y se impuso por un ajustado 3-2, quedándose con 62 puntos y obligando a los albos a la victoria. Rojas, el héroe de ese año para el pueblo albo, recuerda lo complicados que llegaron al duelo frente a Iquique: "Claro que era una presión. Estábamos jugando con nuestra gente, con nuestro estadio y de nosotros dependía ser campeones".
En esa época, Colo Colo concentraba en el San Cristóbal Tower del hotel Sheraton, donde los jugadores eran visitados por artistas y humoristas para aliviarse un poco del nerviosismo. Ya en la cancha, Murci asegura que la idea era sólo ganar. "Yo pensaba todo el tiempo: debo hacer un gol, debo hacer un gol. Y tratábamos por todos lados, pero no salía. Tapia tuvo como tres opciones y no salía nada, hasta que al final lo conseguimos".
Rojas recuerda la jugada que salió casi por inercia: "Barticciotto me centra el balón. Amago, como si me fuese a anticipar y ellos saltan antes. La pelota pasa y yo la controlo de pecho. Le pego, pero el arquero tapa. Me queda el rebote y ahí sí que logro meter la pelota". Lo que ocurrió después ya es historia conocida.
La locura desatada en el Monumental aquella tarde fue conocida, pero quizás, lo que no se sabe es que según cree Rojas, estuvo a punto de perder la vida. "Fue tal la alegría que todos se me tiraron encima. Eran más de 30 personas y yo abajo me estaba ahogando. Me acuerdo que le dije a Espina que no podía respirar, que estaba asfixiándome".
Tristeza azul
Lo que hoy puede conseguir Universidad de Chile tiene entusiasmados a muchos. Desde Argentina, Leonardo Rodríguez, uno de los baluartes en el mediocampo universitario, es uno de los miles que estarán atentos a lo que ocurra en el Estadio Nacional. Él llegó al comienzo de la segunda rueda de aquel torneo para potenciar la línea de ataque, y su llegada coincidió también con el repunte que tuvo el club.
Fue el autor de dos de los tres goles que esa última fecha consiguió el club, poniéndole la presión a Colo Colo. "Fue un recuerdo muy lindo estar en ese momento con la U. Lamentablemente no nos alcanzó para conseguir el campeonato. Yo digo que lo perdimos contra Wanderers, que estando descendido nos empató a tres goles. Lo bonito fue que todos pensaban en que ellos serían campeones con amplia comodidad, pero no fue así", comenta el transandino.
Esa noche, dormir fue imposible para él y sus compañeros, pues debieron esperar el duelo de los albos para saber si el esfuerzo había servido de algo. "Yo prefiero recordar lo lindo de ese plantel. Teníamos una delantera espectacular y ya al otro año éramos los mejores de Chile", recuerda el goleador.
El plantel azul resistió el golpe y el año siguiente logró hacerse con el título, con Rodríguez como estandarte, pero 1998 es un año recordado con dolor entre los azules. Entre los fanáticos, aquel torneo fue impresionante por su emoción en el último tramo.
La historia puede escribirse de muchas formas. Siempre quedan los campeones y 19 años después, la U puede tener su revancha.