Vuelve Marcelo Díaz. La Roja respira. Cuando el volante central no está, el equipo no carbura. Cuando está, todo encaja, se ordena y funciona. Una realidad con la que se ha encontrado esta selección a lo largo de los años y que nadie ha sabido corregir o vencer. No es tanto discutir la calidad y el oficio de Marcelo Díaz como que nadie sea capaz de mantener el nivel al relevarle. Una evidencia, además, que sólo ocurre en la Selección, que no se reproduce en el mundo de los clubes, donde Díaz es una pieza secundaria. En la Roja se ha vuelto imprescindible.
Las virtudes de Marcelo son indiscutibles. Criterioso a la hora de administrar el balón y hacer jugar a los compañeros, buena ubicación, gran visión de juego. Sin brillar, haciendo un trabajo silencioso, genera juego y permite que Vidal o Aránguiz se puedan soltar e incorporar al ataque.
Titular en 11 partidos de las Eliminatorias para Brasil 2014 y titular en todos los de la fase final, fue Van Gaal el que se percató de su importancia en el engranaje de la máquina de Sampaoli y se preocupó de que Díaz siempre tuviera un jugador encima, generalmente Sneijder, el principal responsable de su marca. Chile perdió 2-0.
Un año después, en la Copa América, Marcelo fue otra vez factor. Titular siempre y hombre clave en la final, por su ductilidad táctica: se ubicó varios metros atrás de lo habitual para ayudar en la marca escalonada a Messi y para sacar el balón jugando limpio desde el inicio. A ratos fue un tercer central.
El año pasado, en la Copa Centenario, también fue de los estelares. Martino, técnico de Argentina, se preocupó especialmente en el estreno de que Díaz fuera el hombre a marcar para evitar el juego fluido de Chile. Cada vez que recibía, tenía a Banega o Mascherano encima. Ganó Argentina (2-1).
En la Confederaciones, el peor partido de Chile fue ante Australia (1-1). Carepato no fue titular. En su lugar jugó Francisco Silva, que no cumplió tácticamente y se mostró muy impreciso en los pases. Chile perdió claridad.
Como le ocurrió en los partidos de Eliminatorias para el Mundial de Rusia en que no contó con su pivote de referencia, ante Paraguay (2-1) y frente a Bolivia (0-0; corregido luego a 3-0 en los despachos). Ni Silva ni Rodrigo Millar supieron hacer sus veces.
Chile es el equipo más efectivo administrando el balón en la Confederaciones y el gran responsable es Marcelo Díaz. El del Celta es el chileno más certero dando pases. De 146, fueron correctos 137 (un 94%). Una efectividad que nadie iguala. Es verdad que Díaz no arriesga, toca más bien en corto. Siempre al pase seguro. El jugador fundamental de la Roja al que aún no le encuentra reemplazante.