Antes de que Leopoldo López se subiera este martes a la estatua José Martí en la comuna de Chacaíto, Caracas; antes de que, empinado en el monumento al libertador cubano, sostuviera en un encendido discurso: "¡Yo no me tengo que esconder!"; muchísimo antes de que se entregara a la policía y fuera encerrado en una cárcel en la periferia de la capital llanera, López permaneció dos días invernales en Santiago de Chile y sostuvo un encuentro con la entonces candidata presidencial del progresismo, Michelle Bachelet.

Fue en los días 19 y 20 de julio, en la capital chilena. La tensión en Venezuela aún no se desbordaba, y el que para muchos chilenos era un desconocido dirigente político, asistía a la reunión del Comité de Gobiernos Locales de la Internacional Socialista (IS). No obstante ser un reconocido opositor al chavismo representado por su gobernante, Nicolás Maduro, López asistía en su calidad de ex alcalde por dos períodos de la comuna de Chacao. Lo acompañaba también su compatriota Ismael García, quien también fuera alcalde de la comuna de La Victoria.

En la organización del cónclave tuvieron participación dos socialistas chilenos. Uno de ellos es el secretario general de la IS, Luis Ayala, quien acudió a la ayuda del secretario general del Partido Socialista y futuro subsecretario del Trabajo, Francisco Javier Díaz. En los preparativos del encuentro, Ayala tomó el teléfono y, desde Londres, se comunicó con quien también fuera el asesor del llamado "segundo piso" de Michelle Bachelet en su primer gobierno, a fin de sumar a los ediles locales de la Nueva Mayoría. Fue así que se plegó el edil PS de El Bosque, Sadi Melo, junto a sus pares del PPD Carolina Tohá (Santiago), Gonzalo Durán (Independencia) y Santiago Rebolledo (La Cisterna). El lugar escogido para la cita fue simbólico: el Museo de la Memoria.

Tras reflexionar ampliamente sobre la impronta progresista en la gestión comunal, se agendó una visita a una de las líderes más reconocidas del sector: la abanderada de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, quien hacía casi un mes había triunfado en las primarias del bloque, alzándose ya por esos días como una de las cartas con mayor proyección de llegar, otra vez, a La Moneda.

PROCESION A FACTORIA ITALIA

Así, la delegación socialista se trasladó desde Quinta Normal hasta la comuna de Providencia. Los alcaldes ingresaron a la sede del comando de campaña de Bachelet, Factoría Italia, y pudieron compartir con la ex mandataria. Según los registros gráficos, López y Bachelet sellaron su encuentro con un cordial saludo de manos. Luego, los alcaldes y la candidata posaron para una fotografía colectiva, donde el venezolano luce sonriente, a escasos metros de Bachelet.

Lo que aparentaba ser un formal coloquio ideológico, una muestra de diplomacia y cortesía, se transformó, al menos en Venezuela, en una polémica cita. Hasta Caracas llegaron las imágenes, por lo que sectores del oficialismo no dudaron en expresar su desagravio. La lectura era uniforme: a juicio del chavismo, Bachelet se había juntado con un "golpista".

Consciente de aquello, el equipo de Bachelet, por esos días, precisó que el encuentro se había dado en el marco de una junta colectiva y no una reunión bilateral. Y a siete meses del hecho, desde el equipo de la futura jefa de Estado recalcan que, incluso, Bachelet desconocía la identidad y el domicilio político preciso de Leopoldo López hasta que se hizo público el malestar del Palacio de Miraflores y sus adeptos. Junto con ello, en el entorno de Bachelet descartan que la mandataria se enfrascara en diálogo alguno con el opositor al gobierno de Nicolás Maduro.

NOMENCLATURA LLANERA 

Fuentes del Partido Socialista precisan el credo político de Leopoldo López. En el PS sitúan al partido de López, Voluntad Popular, como perteneciente a la Internacional Socialista, lo que se contrapone al calificativo que desde el chavismo y su gobernante expresan a viva voz: "fascista".

Además, fuentes de la mesa PS preparan un documento donde se posicionarán frente a la crisis de Venezuela. Mediante un comunicado, en el socialismo expresarían su apoyo al gobierno de Nicolás Maduro, matizando, sin embargo, que el Ejecutivo es responsable de contener la polarización política. Esto se suma al apoyo cerrado del PC a Miraflores y la oposición de la DC a la administración chavista.