Américo Rubén Gallego llegó a Colo Colo el 22 de febrero del presente año. El argentino arribó en reemplazo de Diego Cagna, quien se fue de Colo Colo sin dar explicaciones.
En su presentación en el cuadro de Macul, el "Tolo" entusiasmó a la fanaticada señalando que ""hay que ganar y ganar. Y conmigo siempre se gana. Nací con el éxito, Dios me iluminó", señaló en conferencia de prensa.
Pasado seis meses los resultados son totalmente distintos a los que se esperaban, ya que en 27 encuentros que disputó el "Tolo", sólo conoció la victoria en 12 oportunidades, en seis ocasiones empató y nueve veces salió derrotado.
Pero, seguramente, el "Tolo" no será un técnico que sea recordado con mucho afecto en Macul. ¿Motivos? La relación entre el plantel y el técnico estaba desgastada debido a las críticas públicas que realizó el adiestrador al plantel cuando los resultados no se daban.
La declaración que terminó por generar el quiebre en Macul fue cuando señaló que no tenía el plantel suficiente para enfrentar el campeonato de Apertura 2011. En aquella ocasión, los jugadores más experimentados del plantel, entre ellos Esteban Paredes, hablaron con el argentino y le pidieron que midiera un poco más sus críticas al equipo.
Otro aspecto que no gustaba en el interior del plantel era el esquema defensivo que utilizaba el ex DT de River Plate. Los propios jugadores manifestaron en más de una ocasión su incomodidad por jugar con un solo delantero y no poder sumar gente en el ataque.
Jeremías Gallego, hijo de Américo Rubén, fue otro punto que desató el quiebre entre los jugadores y el DT. El ayudante de preparador de arqueros de Marcelo Ramírez tenía una muy mala relación con gran parte del equipo por su poca empatía, y la mayoría de los jugadores, no cruzaba palabras con el argentino.
Finalmente, el "Tolo" nunca fue amable con los funcionarios que trabajaban en el Estadio Monumental. El DT argentino no se esmeró en generar un buen ambiente, como alguna vez lo hizo Claudio Borghi.