Gana US$ 3 millones al año, pero está casi en bancarrota. Annie Leibovitz, fotógrafa de revistas como Rolling Stone, Vogue y Vanity Fair, acordó a fines de 2008 un préstamo de US$ 24 millones con la entidad financiera ArtCapital Group. El plazo de devolución vence este 8 de septiembre, pero ella no puede ni quiere pagar, dice la empresa, que acaba de poner una querella en su contra. Al recibir el crédito, Leibovitz habría accedido a la posibilidad de vender sus propiedades inmobiliarias, la totalidad de sus fotografías y la propiedad intelectual de sus negativos. Perdería, entonces, los derechos de famosos retratos, como los John Lennon, Isabel II de Inglaterra y Barack Obama, entre otros.
Según la querella de ArtCapital, Leibovitz quería "reestructurar" sus deudas debido a la "complicada condición financiera proveniente de las obligaciones hipotecarias, de sus deudas por impuestos y cuentas impagas a proveedores de servicios y otros prestamistas". En los últimos dos años, ella acumulaba deudas en impuestos de US$ 1,4 millón y dos demandas por cuentas impagas de servicios fotográficos de hasta 700 mil dólares.
Aunque nada justifica su negativa a cancelar sus deudas, los últimos cinco años han sido difíciles para la fotógrafa. En 2004 murió su pareja, la escritora Susan Sontag, y unos meses después falleció su padre. Ella solía hacer costosos viajes entre locaciones de trabajo y hospitales. En esos años, además, nacieron dos de sus tres hijas. Y comenzó una cara renovación de sus casas, ubicadas en Nueva York. "Estoy muy complicada. Tengo tres hijos, perdí a mi pareja. Tengo demasiado trabajo y es un caos", le dijo recientemente a Charlie Scheips, del archivo fotográfico Condé Nast.
Ella no ha hablado de su deuda, pero su representante acusó a ArtCapital de "acoso". En tanto, el editor de Vanity Fair, Graydon Carter, ha reconocido que "la mente que saca estas fotos extraordinarias no es necesariamente la misma de un administrador monetario perfecto". Otros recuerdan que la fotógrafa no escatimaba en gastos para sus producciones. "Sus exigencias eran cada vez más grandes. Fuego, lluvia, autos, aviones, animales de circo... todo lo que quería lo obtenía", ha dicho Jane Sarkin, de Vanity Fair.
Con todo, en términos profesionales Leibovitz está en la cima de su carrera. Su muestra A photographer's life ha viajado por el mundo y su último libro, At work, estuvo entre los más vendidos en EEUU. Hasta ahora la fotógrafa no ha precisado cómo llegó a este nivel de endeudamiento, que podría obligarla a perder hasta los derechos de sus aplaudidas fotos.