Pasada la medianoche, el secretario de estado norteamericano John Kerry seguí­a al teléfono tratando de conseguir una tregua para frenar el derramamiento de sangre en la Franja de Gaza. Kerry habí­a estado presionando todo el dí­a -de hecho, por más de una semana- pero lograr un acuerdo final resultaba elusivo.

Finalmente, menos de una hora después que todas las partes aceptaran los detalles precisos y técnicos de una tregua de 72 horas, Kerry emitió una declaración y convocó a una conferencia de prensa a las 3:30 de la madrugada del viernes para sellar el acuerdo antes que alguna de las partes pudiera retractarse. Kerry habí­a ayudado a forjar el cese del fuego que comenzó a las 8 am hora local en Gaza e Israel.

Pero el acuerdo comenzó a desplomarse apenas dos horas más tarde con fuertes choques en la ciudad de Rafá, en el sur de Gaza, y Hamas e Israel se culparon mutuamente por violar la tregua.

El anuncio del secretario de Estado hizo eco en todo el mundo: hecho simultáneamente en la sede de la ONU en Nueva York y en Nueva Delhi, donde Kerry realizaba reuniones con funcionarios indios, atrayendo a poderes regionales como Turquí­a, Egipto y Qatar, y finalmente convergiendo en la diminuta franja de tierra junto al Mediterráneo donde Israel y el grupo extremista palestino Hamas han peleado una cruenta guerra en las últimas tres semanas.

Más de 1.400 palestinos y casi 60 israelí­es han muerto desde el inicio de los combates el 8 de julio.

Asistentes de Kerry han realizado más de 100 llamadas telefónicas en los últimos 10 dí­as, incluyendo decenas apenas el jueves, para lograr el acuerdo que él no consiguió hace una semana en El Cairo, en medio de crí­ticas de los israelí­es, que le acusaron de volverse tolerante con Hamas.

Kerry anunció el acuerdo el viernes con un aire de solemnidad y cansancio, en lugar de declarar victoria.

"No es tiempo de felicitaciones ni gozo, ni nada más, excepto determinación, un enfoque de todos para tratar de figurar cómo proseguir", le dijo Kerry a reporteros convocados a su hotel apenas 45 minutos tras conseguirse el acuerdo. "Es un respiro. Es un momento de oportunidad, no el fin, no una solución. Es la oportunidad de encontrar una solución".