Eran los artistas del momento en Gran Bretaña, algunos jóvenes promesas como el pintor David Hockney, otros ya consagrados como el escultor Henry Moore. Junto a otros 41 creadores visuales, entre ingleses, escoceses y sudafricanos, donarían en 1973 obras de arte en apoyo al gobierno socialista de Salvador Allende.
La invitación fue gestionada por el Comité Internacional de Solidaridad Artística con Chile (Cisac), formada por intelectuales y artistas de todas partes del mundo, comprometidos con el proceso político chileno, y que era presidida por el crítico de arte brasileño Mario Pedrosa. Durante los dos años anteriores ya se había logrado gestionar un envío de arte argentino, con obras de Antonio Berni, Ernesto Deira y Ennio Iomi; uno español, que reunió trabajos de Eduardo Chillida y el Equipo Crónica, entre otros, y uno desde Francia que trajo a Chile obras de Alexander Calder, Joan Miró y Victor Vasarely. La única petición que se hacía es que fueran obras de vanguardia, sin tintes políticos y que reflejaran lo mejor del arte de la época.
"Mario Pedrosa fue clave en la gestión. El tenía una red de contactos sólida, y prestigio. Los artistas sabían que podían confiar que sus obras iban a estar en una buena colección, que no sería algo panfletario", cuenta Caroll Yasky, curadora del Museo de la Solidaridad, lugar que resguarda las 2.600 obras que se lograron reunir en diferentes épocas.
El envío británico estaba igual de listo: las 43 piezas, que entre julio y agosto de 1973 se exhibieron en el Instituto de Arte Contemporáneo (ICA) de Londres, viajarían en septiembre de ese año, pero el golpe militar frenó el aterrizaje. Las obras quedaron en la Embajada de Chile en Londres y los artistas pidieron que les fuesen devueltas. "Ellos no querían que sus trabajos llegaran a un país en dictadura", dice la curadora de la exposición que, hasta junio en el Museo de la Solidaridad, narra los pormenores de esta historia y lo que sucedió después: en 1991, ya en democracia, Carmen Waugh, directora y gestora del museo, inicia las gestiones para recuperar las obras del envío. Logró que 13 de los artistas originales donaran nuevamente.
La exposición La recuperación del envío Chile Britain de 1973 reúne documentos, cartas entre los artistas y Carmen Waugh, las actas de entrega de las obras originales y el catálogo de la muestra en el ICA. También se exhibe una de las piezas más emblemáticas del nuevo envío, del artista Anthony Hill, que tiene un gran acervo bajo el resguardo de la Tate Gallery de Londres. Además hay imágenes de los trabajos de Denis Bowen, Stephen Buckley, Colin Cina, John Hoyland, John Plumb y Terry Frost, entre otros. Pero las obras de Moore y Hockney no fueron recuperadas. "Fue una gestión difícil, porque pasaron muchos años, algunos habían vendido sus obras y otros artistas habían muerto, como Moore y Ronald Penrose, quien ayudó a hacer los contactos con los artistas", cuenta la curadora.
El envío británico no fue el único que el museo perdió. También hubo trabajos que durante el 11 de septiembre de 1973 estaban en aduana y que luego desaparecieron, como una escultura del estadounidense Carl Andre. Hubo otras obras, alrededor de 30, de artistas como Robert Motherwell, Nancy Graves o Liliana Porter, que fueron inventariadas en la colección del Museo de Bellas Artes y que tampoco han sido recuperadas. "Estamos en un proceso de restitución de esas obras con el Bellas Artes, y hay buena voluntad de su lado, pero aún no se ha concretado el trámite", dice Yasky. "Por ahora, estamos investigando más el envío británico y otra donación que se hizo en 1974, para realizar una gran exposición con todo ese material en el curso del próximo año".