En las pasadas nominaciones al Globo de Oro, la prensa en Estados Unidos daba por sentado que una de las favoritas sería Temple de acero (True Grit), el western de los hermanos Coen protagonizado por Jeff Bridges.
Pero el filme, un remake del filme del mismo nombre de 1969 con John Wayne, no recibió ninguna nominación y fue un fantasma que rondó la ceremonia realizada el domingo 16 de enero. A tal punto sorprendió su ausencia, que los principales medios del país titularon con el desaire al filme haciendo hincapié en que se trata del filme más taquillero de los Coen en su carrera (supera los U$120 millones en taquilla) y que tiene a Bridges en estado de gracia, mantieniendo el nivel con el que ganó el Oscar el 2010, por Loco corazón.
Pero si de dar señales se trata, hoy la Academia de Hollywood golpeó fuerte: Temple de acero obtuvo diez nominaciones al Oscar, entre ellas la de mejor película, actor y director, sólo superada por la cinta inglesa El discurso del rey, con doce candidaturas. Así, el filme competirá entre otras categorías, en el rubro de mejor filme del año con El discurso del rey, Red social, El cisne negro, el Vencedor y El origen, entre otras.
Con un 95% de aprobación en el portal Rottentomatoes (que resume las criticas de todos los medios), la cinta superó en las expectativas a las consideradas favoritas Red social y El origen, y ahondó las dferencias con los Globos de Oro, de las cuales sólo una vez en los últimos seis años han coincidido en los premios a mejor filme. Aquella vez fue con Slumdog millionaire (2009).
La cinta, que se estrena el 10 de febrero en el país, ha recogido entusiastas críticas que han valorado el trabajo de los Coen en volver a las raíces más clásicas del western, destacando la grandeza retratada en el paisaje, el heroísmo decadente de su protagonista y los brochazos sutiles de humor negro que son característicos de los autores de El gran Lebowski y No es lugar para débiles.
Además, no es poco la osadía de los directores de hacer una nueva mirada de un personaje que en su momento encarnó John Wayne, una especie de mito intocable de Hollywood, cuya presencia en la pantalla ahuyenta hasta al más conspicuo de los actores. Pero en el filme Jeff Bridges aparece con tanto aplomo como su predecesor, demostrando que hoy es probablemente el actor maduro más completo que hay en el cine estadounidense.
Temple de acero cuenta la historia de Mattie (Hailee Steinfeld ), una niña de 14 años que luego del crimen de su padre, decide ir en busca de su asesino para cobrar venganza. En la búsqueda de un justiciero, se topa con el decadente y alcohólico sheriff Rooster Cogburn, un tipo cínico y malhumorado que no representa en modo alguno el heroísmo que se necesita para la ocasión, pero así y todo ambos parten en búsqueda del criminal Tom Chancy (Josh Brolin), mientras un Marshall (Matt Damon) se les une en la caza de Chancy aunque por otros motivos.
Pese a sus 10 nominaciones, y considerando que el Oscar no acostumbra a premiar de forma consecutiva, podría ser difícil que Temple de acero obtenga los premios Oscar para Jeff Bridges (ganó el año pasado por Loco corazón y el gran favorito es Colin Firth por El discurso del rey) y la propia cinta a mejor filme del año (los Coen la obtuvieron el 2008 por No es lugar para débiles). Pero el hecho de que su llegada a las nominaciones haya desplazado a los grandes favoritos, es razón para tenerla en cuenta, más aún considerando que con sus premios Oscar anteriores, los Coen son hoy una referencia ineludible en la Academia de Hollywood.