Pese a que es Rafael Nadal el que llega como el mejor del año, el serbio Novak Djokovic (número uno del mundo) no se amilana y arriba a Roland Garros con la intención de sumar el único Grand Slam que no tiene en su palmarés, por lo que ha convertido a la quincena de París en su "prioridad" de la temporada.
Asentado en el plus de confianza logrado tras derrotar al español Rafael Nadal en la final de Montecarlo, Djokovic aterriza en la capital francesa con más posibilidades que nunca de sumar el triunfo, lo que constituiría su segundo grande consecutivo, tras la victoria conseguida en Australia a principios de año.
Sin comparar su momento de forma con el que tenía en 2011, cuando arrasó récords de victorias consecutivas, el serbio señaló que se encuentra en una buena posición.
"Me gusta el momento que atravieso, tengo confianza, he ganado un Grand Slam, he ganado en Montecarlo, que para mi era muy importante para afianzar mi confianza con respecto a Roland Garros", dijo.
"Para mí, Montecarlo es el torneo sobre tierra más importantes antes de Roland Garros. Gané a Nadal en esa superficie y eso es algo muy difícil de lograr. Eso me ha dado la confianza mental en mi juego antes de venir a París", señaló.
"No todos los días se gana a Nadal en tierra batida, es un gran desafío. Jugué uno de mis mejores partidos, quizá el mejor de toda mi carrera sobre tierra batida. Era muy importante antes de llegar aquí", comentó.
Después vinieron las malas actuaciones de Madrid y Roma, donde cayó en segunda ronda y en cuartos, respectivamente.
"Eso es ya pasado. Estamos analizando lo que sucedió y trabajando para mejorar cosas. Espero que todo ese trabajo dé ahora sus frutos, también es cierto que volvía de una lesión", señaló.
Djokovic se mostró tajante al asegurar que Roland Garros "es la prioridad número uno para la temporada".
"He decidido ganar este torneo y voy a hacer todo lo posible para lograrlo. Controlo bien mi juego, tengo una gran motivación. Es cierto que es un torneo largo y que hay que tomarlo por etapas", dijo.
La primera será David Goffin, un belga de 22 años, 57 del mundo, que el año pasado alcanzó, contra todo pronóstico, los octavos de final en Roland Garros, donde además creó muchos problemas a Roger Federer, al que obligó a ir a cuatro sets, antes de inclinarse.
"Forma parte del grupo de jóvenes que están saliendo y que en unos años estarán entre los mejores", analizó Djokovic.
De conseguir su objetivo y levantar la Copa de los Mosqueteros, Djokovic se convertiría en el octavo jugador de toda la historia que ha ganado en todos los grandes.
"Sería un honor para mí formar parte de este club tan restringido. Por eso es mi primera prioridad del año. Voy a darlo todo", agregó.