"A pesar del discurso público sobre democracia y progreso económico, y de la esperanza de que por fin terminara en Colombia el último conflicto armado del continente, América continuó siendo una de las regiones más violentas y desiguales del mundo". El informe anual de 2016-2017 de Amnistía Internacional (AI), presentado ayer en París, es categórico: la desigualdad y la impunidad son los principales obstáculos para el pleno ejercicio de los derechos humanos en la región.
En su capítulo sobre el continente americano, el reporte advierte que la violencia ha ido en aumento y que la región es una de las zonas en las que se registró un mayor número de homicidios en 2016. En El Salvador, por ejemplo, hubo 108 homicidios por cada 100 mil habitantes y en México se llevaron a cabo 30 mil asesinatos en los primeros 11 meses del año pasado, un 10% más que en 2015, reveló la responsable para América de AI, Geneviève Garrigos.
Amnistía Internacional afirmó que esta violencia, amparada en discursos políticos, ha motivado a que se levanten "muros" a las libertades, simbolizado en el que pretende construir el Presidente Donald Trump en la frontera con México.
El informe concluye que uno de los temas clave en términos de derechos humanos en América Latina es la negación de asilo que han recibido miles de personas provenientes de algunos de los países más violentos del mundo, entre ellos El Salvador y Honduras, lo que estaría creando una de las crisis de refugiados más grave.
En las últimas semanas, los ojos han estado puestos en Donald Trump y su mano de hierro contra los indocumentados. Y ayer, justo cuando el mandatario anunció un nuevo plan que reforzará la deportación, Amnistía Internacional expresó su "preocupación" por el trato que reciben los migrantes y refugiados en ese país.
Sin embargo, en América Latina las solicitudes de asilo denegadas y la deportación también son una realidad. De acuerdo al reporte, en México se registró una cifra sin precedentes de solicitantes de asilo: hasta octubre de 2016 se habían presentado 6.898 peticiones, de las cuales un 93% correspondía a personas provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala. A pesar de que se estima que cada año más de 400.000 migrantes en situación irregular cruzan la frontera sur de México, sólo se concedió la condición de refugiado a 2.162 personas.
El Presidente Enrique Peña Nieto presentó en julio de 2014 el Programa Integral de Frontera Sur, con el objetivo de proteger al migrante y ordenar el paso fronterizo. De acuerdo al reporte de AI, la aplicación de este programa aumentó las operaciones de seguridad en la frontera de México con Guatemala y Belice. Sin embargo, señala que los informes de extorsión se hicieron frecuentes, así como las expulsiones masivas, secuestros y otros abusos contra los DD.HH. de los migrantes.
En 2016, 147.370 personas fueron deportadas por México. De éstas, un 97% eran de Centroamérica. Según el organismo, desde 2010 existe un aumento de 231% de deportaciones de México a El Salvador, un 188% a Guatemala y un 145% a Honduras. Además, la Comisión Nacional de Derechos Humanos señaló que hubo 35.433 víctimas de desplazamiento interno en México.
Asimismo, de acuerdo al informe basado en cifras de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), entre enero y agosto de 2016, 11.536 guatemaltecos habían solicitado asilo en otros países. "Muchas personas seguían huyendo del país ante los altos niveles de desigualdad y violencia", destaca.
En Haití, la organización advierte que miles de personas regresaron o fueron deportadas desde República Dominicana, entre ellas varios apátridas. Unos 2.200 haitianos se ubicaron en campos provisionales en una de las fronteras con R. Dominicana y no hubo avances en la situación de los desplazados a causa del terremoto de 2010 (en noviembre, 55.107 personas seguían sin hogar).
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), citada por AI, las autoridades dominicanas deportaron a más de 40.000 personas a Haití entre enero y septiembre de 2016, y casi 50.000 salieron "espontáneamente" en algunos casos por temor al "recibir amenazas". Además, 1.200 menores de edad no acompañados fueron identificados en la frontera.
Sin embargo, a pesar de las cifras pesimistas, el informe considera dos hechos que fueron un éxito en 2016: el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC y el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.