Nació en Chile, creció en Inglaterra, vivió en Italia, Tokio y París. Desde hace 11 años está instalada en Nueva York. Ahí están su taller, su hogar, su vida. Y su marca Zero + María Cornejo. En julio pasado la galería Brachfeld, de París, le dedicó la exposición One Piece Wrap, a propósito de sus diez años en el mundo de la moda, que comenzaron como una alegre excursión por los cortes, las formas y la construcción del vestuario femenino en un garage-atelier que mantenía a medias con su marido artista, en NoLIta, Nueva York. Sin mayores prisas, entró de lleno en el mundo de la industria de la moda. Hoy tiene tres locales en Manhattan y su marca se vende, entre otras ciudades, en París, Londres, Moscú, Hong Kong y Dubái. En Chile a veces se encuentra en la tienda Poupée.

María estudió Diseño Gráfico y partió haciendo portadas de revistas de moda. De hecho, aún se puede ver esa influencia en sus actuales diseños. "Mi ropa es bastante gráfica", asume. En el Ravensbourne College of Art de Londres obtuvo una licenciatura en Moda y Textiles.

En sus creaciones se ve una cierta obsesión por las líneas simples y geométricas. María cree firmemente en que se necesita mucho esfuerzo y pensamiento para quitar elementos y así lograr la simpleza. Y esa simpleza es la base del tono atemporal de toda su ropa. Sus colecciones tienen la invaluable virtud de estar construidas a partir de la colección anterior, lo que le va dando una fluidez única a la marca. La consumidora de Zero + María Cornejo puede, efectivamente, armar un clóset con la marca, en lugar de tener prendas sueltas y sin sentido.

Entre sus fans están las actrices Tilda Swinton y Michelle Williams y la artista Cindy Sherman. La mismísima Michelle Obama ha lucido varias de sus prendas. "No creo que una mujer se tenga que vestir como un hombre para ser eficiente o para parecer que está siendo eficiente", defiende María Cornejo.

EN PANTALONES
Al observar sus colecciones su vocación por los vestidos salta a la vista. Sin embargo, es gracioso ver que cuando sale a saludar, lleva pantalones.

Siempre uso pantalones. Por eso es que siempre diseño vestidos, supongo que todavía estoy buscando el vestido perfecto. Hasta que lo encuentre me seguirán viendo salir a saludar en pantalones.

Es llamativa también su devoción por el color gris. ¿Qué le representa?

Mucha gente cree que mi paleta de colores es neutra y apagada; sin embargo uso mucho color en mis colecciones. Siento que los colores transmiten energía y dan vida a las colecciones.

Su diseño y su forma de trabajar dan cuenta de un trabajo intelectual profundo. Por esta misma razón, ¿tiene interés en la docencia?

Me encanta saber qué están haciendo los diseñadores jóvenes. A través de la Asociación de Diseñadores de Moda de Estados Unidos me ha tocado evaluar portafolios de estudiantes que están terminando sus carreras y veo que es admirable el talento que tienen estos adultos jóvenes. Mi equipo de diseño es bastante joven y creo que no sólo ellos aprenden de mí, sino que constantemente me encuentro aprendiendo de ellos.

¿Tiene algún vínculo con los compradores chilenos?, ¿ le interesa el mercado chileno?

Admiro muchísimo el talento que esta naciendo en Chile y en el resto de Latinoamérica. Sobre todo porque conozco el esfuerzo que implica comenzar desde cero. Vendimos parte de nuestra colección de invierno en Poupée y todo indica que también la elegirán el próximo invierno.

De todos los lugares donde ha vivido, ¿cuál siente más como su hogar, en el sentido de sus raíces?

Nueva York me ha ayudado a poner los pies sobre la tierra y a encontrar mi identidad. Después de vivir durante 11 años, siento que pertenezco a esta ciudad. Lo que me encanta es que todos venimos de diferentes lugares y contextos y nos aceptamos tal y como somos. Y mi colección refleja lo relajada que es la ciudad y también revela un eclectisismo internacional.

Su marido, Mark Borthwick, es un destacado artista (fotógrafo, músico, cineasta). ¿Se influencian mutuamente? ¿Trabajan juntos o sus espacios creativos entran en conflicto?

Nuestras estéticas se complementan. En un principio elegimos juntos el espacio de Mott Street, en el barrio de NoLIta, pensando que yo no iba a volver al mundo de la moda. La idea era establecer un espacio creativo común, con un estudio y una galería de arte, donde Mark pudiese exponer sus fotografías. Ahora que tengo mi propia empresa encontramos otras formas de colaborar y apoyarnos mutuamente. Él ha hecho estampas y dibujos para colecciones mías pasadas y usamos sus fotografias en las invitaciones para nuestros desfiles.

¿De dónde cree que viene su amor por la geometría que se ve en sus colecciones?

Por mucho tiempo pensé que me quería alejar de la moda; ya que no estaba inspirada ni me sentía desafiada. Cuando me mudé a Nueva York y abrimos el espacio de Mott Street me dije que sólo volvería a la moda si lograba convertirla en un proceso interesante y creativo para mí. Tomar formas geométricas básicas y transformarlas en ropa que favorece al cuerpo es algo que despues de 11 años todavía me desafía.

En una entrevista, su socia, Marysia Woroniecka, dijo que una de las razones del éxito de su marca se podía atribuir a la fluidez de las colecciones, al tomar como base de cada colección la colección anterior. ¿Concuerda con esa percepción?

Siempre estoy evolucionando y reinventando antiguas ideas. Mi pensamiento es: si algo es hermoso y funciona bien, ¿por qué desecharlo? Este proceso representa el desafío que siempre estoy buscando en mis diseños.

Quizás podríamos debatir que todos los clientes son importantes y que cada uno suma, pero algo diferente debe sentir cuando Michelle Obama elige su ropa…

Es fantástico saber que Michelle Obama es fanática de nuestra colección. Ella representa el tipo de mujer para la que diseño: es moderna, fuerte, inteligente e íntegra. Se viste pensando en lo que a ella le gusta y adapta la ropa a su estilo de vida.

Cuéntenos de la High Line Capsule Collection. Llama la atención que se haya inspirado en la antigua línea de tren elevada en Manhattan poniente, que ha sido recuperada como un foco verde que enriquece y revaloriza el entorno.

Diseñé un estampado distorsionando fotografias de la serie Walking the High Line, de Joel Sternfeld. Estas fotos, que fueron fundamentales en la preservación del High Line, muestran un melancólico paisaje, que se mezcla con imágenes de una ciudad post-industrial. Esta colección especial está compuesta por tres diseños hechos en seda: la Loop Scarf, el Anais Top y el Sarah Dress. Las prendas pueden comprarse en nuestros locales, en www.zeromariacornejo.com y en Barneys. Una porción de las ventas serán destinadas a la fundacion Friends of the High Line.