Pocos equipos pueden darse el lujo de tener en actividad a dos de los mayores ídolos de su historia. Universidad Católica se da ese privilegio. Los cruzados actualmente cuentan en su plantel con Cristian Álvarez (37 años) y Milovan Mirosevic (36), quienes son, además, dos de los más ganadores de la historia del club. El zaguero ha levantado entre ligas, Copa Chile y Supercopa seis títulos. El volante, en tanto, suma cinco.
Ellos gozan de un estatus distinto. Se lo han ganado con el pasar de los años, merced al desempeño futbolístico y su ascendencia como referentes. Por eso en la dirigencia estudiantil dejaron en las manos de cada uno la decisión sobre el futuro. El primero en zanjar la situación fue el Huaso, quien el lunes de la semana pasada anunció que tras 20 años como profesional, jugará seis meses más y luego dejará la actividad. Eso, sin quererlo, trastocó directamente los planes del Milo.
"Las puertas del club están abiertas para él. Milovan está decidiendo qué quiere hacer", fue la revelación del gerente deportivo José María Buljubasich. En el conjunto universitario lo decidieron así merced a los errores del pasado. No quieren siquiera dar indicios de las intenciones del club sobre el jugador por la fea salida que sufrió a mediados de 2016, cuando en tres minutos le comunicaron que no estaba en los planes para la segunda mitad de ese año. En Católica, dicen, aprendieron que a sus referentes deben tratarlos con guante blanco. Que se lo merecen.
Pero, ¿qué analiza particularmente el mediocampista? Desde su entorno cuentan que, literalmente, Álvarez se le adelantó. Que la intención del ex Racing de Avellaneda era, justamente, jugar sus últimos seis meses pero que lo del defensor lo frenó. "No quiere que el retiro de uno opaque el del otro", señalan desde la precordillera. "Ambos se merecen tener un último semestre, por separado, a modo de despedida. Que el cariño y las miradas estén sobre uno y no repartidas en dos. Es totalmente entendible porque se lo han ganado", exponen desde la dirigencia.
Así entonces, en San Carlos de Apoquindo esperan que Mirosevic se decida. En los últimos días el presidente Juan Tagle ha reiterado varias veces que sólo aguardan por la palabra del futbolista. Cuentan que su intención y debate interno está entre colgar inmediatamente los botines inmediatamente o bien, jugar. Dicen que incluso se le ha pasado por la cabeza mantenerse un año completo en actividad, aunque no es su opción favorita. Sí lo eran los seis meses. Un año más, de hecho, también complicaría a la UC considerando que el 2018 se vuelve a los torneos anuales. Ahí, Mirosevic dejaría con un jugador menos a su club a mitad de torneo.
"Su intención era una vez recuperado de su lesión tener un semestre completo de competencia, sin tratamientos ni nada de eso. Disfrutar jugar y no estar preocupado de otras cosas", aseveran en el elenco de Las Condes. Es que su cuarto paso por el club que lo vio nacer en cuanto a números ha sido muy malo (3 partidos jugados, con 97 minutos y ningún gol). Y esa no es la imagen que quiere dejar.
El anuncio de Álvarez lo cambió todo. Y por eso ha retrasado la toma de la decisión. Dicen en el entorno del plantel que Mirosevic siente que aún puede jugar, quizás no como titular indiscutido, pero sí, como por ejemplo, ocurre con David Pizarro en Universidad de Chile. Pero que no lo quería por un año entero. Y ahora todo es diferente. Que es muy distinto haber jugado un último partido sabiendo que lo era, a hoy tomar la determinación de que, en este caso, el duelo ante Huachipato, en el cierre del Torneo de Clausura, haya sido su último compromiso como profesional. Porque no hubo ovación de por medio, porque ni siquiera fue en la cancha que tantas veces lo aplaudió. Porque no fue ante su gente. Porque en ese momento tampoco era la intención dejar de jugar.
De todas formas, en la Católica prefieren no descartar que ambos se retiren a fin de año. "Aunque creemos que no será así, es mejor no cerrar la puerta a nada", exponen en Cruzados, concesionaria que aceptará sea cuál sea la decisión del ex Unión Española.
Lo claro es que pase lo que pase la UC lo proyecta para seguir ejerciendo labores en el club. "Si Milovan o Cristian tienen claro qué es lo que quieren, les asignaremos misiones más específicas. Si no lo tienen claro, haremos que pasen por distintas labores que la Católica les ofrece", explicó la semana pasada el Tati.
Ambos ya tienen su título de entrenador y no se descarta que, por ejemplo, puedan comenzar a sumar experiencia en divisiones inferiores, aunque también podrían ejercer cargos similares a los de Diego Rivarola en la U o Luis Mena en Colo Colo. El futuro está en manos de Milovan.