Fue sin alboroto ni manifestaciones. A las 11.30 horas de ayer, una patrulla de la Policía de Investigaciones -que realizaba un control rutinario en la plaza de Ancud- detuvo a Godofredo Rodríguez Pacheco (43). El hombre, de cabello negro y tez morena, fue tema de conversación el día lunes en el Palacio de La Moneda: dos diputados de la República y el presidente de la Comunidad Judía solicitaron al ministro del Interior investigar el origen de la Escuela de Arte nazi "Presidente General Augusto Pinochet Ugarte", en la que él figura como fundador.

Hasta el momento, los problemas de Rodríguez Pacheco con la justicia no se relacionan con esta situación ni con infringir la Ley Antidiscriminación, sino con algo menos trascendental: una orden de detención por reducción de especies emanada por el Juzgado de Letras de Aysén. Tras la aprehensión fue conducido al cuartel de la PDI, donde se comunicaron con la XI Región. Luego de ser llevado a un centro asistencial para constatar lesiones, fue dejado en libertad. En silencio, sin casi abrir la boca.

Desde el domingo, el creador de la escuela de arte nazi -que no cuenta con ningún inscrito- pasó de las redes sociales al boca boca nacional. Llamados de medios argentinos a la Municipalidad de Ancud solicitando información del hombre, confirman que su caso traspasó las fronteras. Pero en la ciudad donde vive, su idea de enseñar aquella doctrina y el revuelo que ha causado no interesan.

"Es un tema que era vox populi, era la conversación en el barrio, en la esquina, hace semanas. Pero a partir de la exposición pública y la denuncia del diputado, hay una efervescencia. Pero acá, hace días se sabía esto", cuenta Pedro Soto, vecino de Ancud y consejero regional. "El nazismo era un tema tabú, que pensábamos era del continente para arriba, que no ocurría acá", lamenta.

"Ya es chocante el logo anunciando la escuela solamente. La casa está frente un supermercado, donde transita mucha gente y llama la atención. Al principio pensamos que era una humorada o una intervención artística. Luego, conversando con gente que conoce al hombre, nos contaba que era un proyecto serio", dice Aldo Norambuena, profesor de Historia del Liceo Bicentenario de Ancud.

Según la comunidad, Rodríguez Pacheco era popular por vivir en una gran casa de madera, ubicada a cuatro cuadras de la plaza de la ciudad. El cartel rojo con la esvástica apareció a un costado de su vivienda hace tres semanas. Pero la casa ya era famosa. "Su finado padre era militante del Partido Comunista y ahí se reunían miembros del partido en la isla, a fines de los 80 y 90. Era el lugar de encuentro del PC", dice Soto.

La orden de detención del Juzgado de Aysén no es el único delito en su hoja de vida. Dos causas, una por amenaza simple contra la propiedad y otra por tener una plantación de marihuana, también figuran en su historial. Ambas se saldaron con 41 días de condena. "En un minuto, este chico fue requerido por la justicia por unas plantaciones de marihuana. Estuvo procesado. Eso influyó en su cambio", cuenta Soto.

Cambio que pocos se explican. En voz baja, algunos vecinos dicen que puede existir algún desequilibrio gatillado por la detención por la plantación de marihuana. "Eso lo afectó y provocó la locura que está haciendo", dice un vecino de la ciudad sin revelar su nombre.

Otros simplemente evitan el tema, como también lo evitan cuando lo ven en la calle. "Esto genera un rechazo total, nadie lo avala", agrega Aldo Norambuena.

Sobre la escuela, en la Municipalidad de Ancud aclaran que Rodríguez no ha solicitado ningún permiso para abrir un centro educacional. Gloria Ramos, jefa (S) provincial de Educación de Chiloé, agrega que en su departamento "no ha ingresado ningún expediente".

"Si no existe una solicitud de creación no existe como establecimiento educacional", añade.

Rodríguez, eso sí, puede hacer clases particulares, pero no dentro del contexto de centro de estudios. "Por tanto, sus títulos no son válidos", subraya Ramos.

Consultado sobre la reacción que generó el uso que le quiere dar a la reconocida casona de madera, se limitó a decir que "no hablaba con la prensa".