Al mediodía de ayer, cuando ya comenzaba la evacuación obligatoria de algunas zonas del sur Florida ante la inminencia del paso del huracán Irma, el periodista nicaragüense Paul Suárez García aún permanecía en su lugar de trabajo en Miami Beach. Ello, pese a que ese lugar está incluido en la llamada Zona B, cuya evacuación debía hacerse efectiva durante la jornada, a partir de las 7:00.

"Aquí están evacuando. Esto está como de locos", relató Suárez a La Tercera. El alcalde de Miami Beach, Philip Levine, quien se refirió a Irma como "un huracán nuclear", insistió ayer que los residentes de esa ciudad deben abandonar sus casas. "Algunos condominios comenzaron a quitar el agua, la luz, el aire acondicionado como un incentivo para que la gente se vaya", afirmó el edil, citado por Univisión.

El gobernador de Florida, Rick Scott, alertó a los habitantes que Irma, el huracán de categoría 5 que ya es el más fuerte registrado nunca en el Atlántico, podría ser el más destructivo que azotó nunca el lugar. Recomendó, por ello, acopiar alimentos y agua para tres días. "Tomen lo que necesiten, pero no más", pidió.

Pero Suárez señaló que "todos están corriendo a abastecerse". Según el periodista nicaragüense, las autoridades "están supervisando el agiotismo (usura) bajo pena de crimen si especulan con los precios" de los productos de primera necesidad que la población local busca con desesperación ante la llegada del huracán.

De acuerdo a lo informado por las autoridades, Irma entrará a Florida "a la media noche de mañana y el amanecer del domingo", dijo Suárez, quien destacó que "el Ejército, policía y fuerzas de socorro están listos" para hacer frente a la llegada del huracán. "Hay más de 7.000 soldados del Ejército, además de barcos, helicópteros y anfibios", aseguró.

A la espera de lo peor, Suárez afirma que "por ahora reina la calma en el ambiente". "Pero ya llegará la tempestad", dice resignado.