Francisco Arrué está tranquilo. En la derrota 3-0 frente a O'Higgins, el 25 de octubre, el mediocampista de Huachipato, sufrió la ruptura de los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda, una de las lesiones más graves para un futbolista. Antes, se cortó dos veces los de la articulación derecha. Fue en 2002, cuando estaba en Suiza y siete años después, mientras defendía a Universidad de Concepción. Lo operarán hoy y su recuperación tardará, al menos, seis meses. El plazo es el habitual para ese tipo de dolencias. Sin embargo, adquiere importancia tratándose de un futbolista que en agosto del próximo año cumplirá 38 años.

"Volveré a jugar", afirma el volante de Huachipato, quien se sostiene en bastones para caminar, a la espera de ingresar a pabellón. La certeza va acompañada de otra: los acereros decidieron extender su contrato, que vence a mediados de 2015, si el mediocampista formado en Colo Colo se rehabilita y recibe la certificación médica de que está en condiciones de estirar su carrera deportiva, que, además, lo llevó a vestir las camisetas de Santiago Morning, Universidad Católica, Lucerna, Leganés, Puebla, Universidad de Chile, Nacional de Medellín, Universidad de Concepción y La Serena.

"En mi cabeza no tengo otra cosa que volver a estar en una cancha. Siendo realista, creo que puedo jugar un tiempo más y ser competitivo. Hasta que me lesioné, lo era. Me sentía compitiendo a un gran nivel e importante para mi equipo", afirma.

Hay ejemplos recientes de jugadores que extendieron sus carreras hasta avanzada edad. Javier Zanetti terminó su carrera a los 40 años, como capitán del Inter.

Zanetti es un modelo a seguir. Terminó jugando a un muy buen nivel. No voy a decir que quiero ser como él, pero es una referencia. Yo estaba en un muy buen momento. He tenido mala suerte. Siempre que me sentí así, me lesioné. Me pasó en Suiza, en la U de Conce.

Volver a su edad, después de una lesión grave como ésta, es muy difícil.

Es un desafío. El retiro no es una opción para mí. A mi edad, sería lógico pensar en eso, pero, en mi caso, quiero volver mejor que antes. No me quiero retirar después de una lesión.

Los médicos también dudan de la factibilidad de que pueda continuar su carrera.

Tengo claro que las proyecciones no son alentadoras, pero trato de ponerme sobre eso. Voy a hacerlo por mí. Para ganarle a la lesión y a los pronósticos. Volveré a jugar.

¿No ha pensado en ejercer como técnico?

Me encantaría dirigir. Y quiero hacerlo a nivel profesional.  El 2011 terminé la carrera, pero todavía no es tiempo. Prefiero jugar.

En Huachipato no descartan ofrecerle algún cargo en las inferiores, en el futuro, pero también creen que volverá a la cancha.

Quién sabe. Por ahora, sólo pienso en jugar. Pienso dirigir, pero me gustaría hacerlo a nivel adulto. Uno nunca puede descartar nada.

El compañero de Tapia

Usted fue compañero de carrera de Héctor Tapia y Miguel Riffo en el INAF.  

Sí. Incluso, realizamos la tesis juntos. Con Héctor somos amigos, pero no hemos podido hablar mucho de su trabajo en Colo Colo. No me he interiorizado de su experiencia.

¿Comparte su  estilo?

Me gusta mucho el fútbol ofensivo. Héctor lo practica. En Huachipato he tenido una muy buena experiencia con Mario Salas. Y también he aprendido cosas de Pellicer, a quien le gusta la posesión de balón y el juego construido, al igual que a Arturo Salah, quien también fue mi técnico. Gustavo Benítez, el entrenador que me hizo debutar, es muy táctico. Entonces, hay muchos estilos. Retomando lo de Héctor, me parece que su trabajo es muy bueno.

¿Qué le parece la idea de Jorge Sampaoli de ofrecerle a Mauro Zárate y Leonardo Ulloa una chance en la selección chilena?

Si no hubiera jugadores acá, sería legítimo. Pero en Chile hay jugadores de sobra para ese puesto (delantero). Aunque, como no le gustan, es una opción que puede tomar, porque es válida. Para mí, la Selección debería partir por los jugadores chilenos, quienes merecen oportunidades y, muchas veces, no las tienen.