Hace unos años, Evo Morales ni siquiera podía aterrizar en la opositora ciudad de Santa Cruz, recordaba hace unos meses el diario paceño La Razón. Ahora, junto al vicepresidente Alvaro García Linera, llega habitualmente a esa ciudad para reunirse con autoridades, empresarios y personajes de esa región del oriente boliviano. Son los frutos del "coqueteo" del gobierno con el departamento más poblado del país, que este fin de semana será anfitrión de la cumbre del Grupo de los 77 más China, el bloque de 133 países miembros de Naciones Unidas que celebra su 50 aniversario.

Consciente de que la mirada internacional se posará en Bolivia durante la celebración de este foro, el gobierno ha "puesto guapa" en un tiempo récord a la ciudad de Santa Cruz, logrando incluso una inédita entente cordial con las opositoras autoridades de la región, liderada por el gobernador Rubén Costas. El embajador adjunto de Bolivia en la ONU y organizador de la Cumbre del G-77+China, Reymi Ferreira, asegura que la administración de Morales destinó US$ 22 millones en obras para la ciudad, entre las que se cuentan la ampliación del aeropuerto internacional de Viru Viru y la flamante avenida G-77.

Costas, quien se proyecta como rival de Morales en las elecciones presidenciales del próximo 12 de octubre, ha salido al paso de quienes lo acusan de tener un "acercamiento" con el gobierno por la organización de la cumbre. "Yo estoy para construir, no para destruir", afirmó en una entrevista publicada ayer por el diario cruceño El Deber. Lejos parecen los días en que Costas lideraba la llamada "media luna", integrada por cuatro regiones del oriente boliviano, que opuso resistencia a Morales en su primer mandato.

El analista Fernando Mayorga identifica dos puntos claves para este cambio de relación. En declaraciones a El Deber, explica que Morales logró una penetración territorial en Santa Cruz y la derrota de la elite política cruceña que esgrimió la autonomía como modelo alternativo y contrario al proyecto plurinacional del oficialismo.

Asimismo, la creación en 2006 del colectivo político "Santa Cruz Somos Todos", integrado por parte de la clase media cruceña, "logró acabar con el discurso de Rubén Costas, quien logró división en el departamento", explicó la ministra de Autonomías, Claudia Peña, quien fue parte del grupo. Para el analista político Reymi Ferreira, este colectivo tuvo incidencia en el crecimiento del MAS en Santa Cruz. Recordó que, en cada elección, el oficialismo creció en su caudal electoral.

El apoyo al presidente ha escalado considerablemente en Santa Cruz, principal bastión de la oposición política, donde registró una aprobación del 63% en abril, subiendo seis puntos porcentuales desde febrero. Con ocasión de la Cumbre del G-77, "Morales ha entendido muy bien la oportunidad que ofrece el foro para intentar capturar electoralmente a los electores de Santa Cruz", explica a La Tercera el analista Carlos Cordero. "Por medio de aproximaciones al empresariado cruceño, inversión y propaganda, está tratando de quitar la base electoral de Costas. Si cae Santa Cruz, se cae la resistencia opositora", vaticina.