"Nadie sabe realmente qué ocurrió en el ritual, porque nadie lo presenció". Así, el abogado Claudio Pérez transmitió parte de lo que Natalia Guerra Jequier contó a su defensor desde la cárcel, donde cumple prisión preventiva por el delito de parricidio.
La madre del lactante asesinado en un ritual en el fundo Los Culenes de Colliguay, en Quilpué, entregó a su hijo a pocas horas de nacer, a Ramón Castillo Gaete, líder de la secta, quien señaló que era el "anticristo", y ella nunca lo puso en duda.
Pero según Pérez, ni Natalia ni ningún otro seguidor de "Antares de la Luz" pudo ver qué pasó en ese ritual, porque Castillo ordenó a todos que se retiren del lugar y lo dejen sólo con el bebé.
"Pablo Undurraga llevó a Natalia con su hijo, al lugar donde Antares estaba al lado de la fogata, se la pasan y él les ordena que se vayan del lugar. Por eso no se sabe materialmente qué pasa con la guagua. Sólo se sabe que él la quemó", dijo el profesional a La Tercera.
Según la versión de Guerra, tanto ella como Undurraga permanecieron dentro de una camioneta hasta que concluyó el sacrificio, mientras que otros seguidores de la secta habrían estado dentro de la casa en el mismo fundo.
La semana pasada, diligencias en el lugar permitieron encontrar un cuchillo que uno de los imputados, David Pastén, habría ocultado por orden de Castillo. Sin embargo, según explica el defensor de Guerra, "no se sabe para qué fue utilizado ese cuchillo, y esa es una gran duda que no podrá ser resuelta".
Las versiones conocidas los días después de las detenciones de los participantes de esta secta, sin embargo, distan de la versión que ahora entrega la defensa de Guerra, pues la fiscalía señaló que todos los integrantes del grupo habían estado presentes en el asesinato.
De parricidio a infanticidio
Durante la última semana, Natalia Guerra, contó a su abogado detalles que recordó sobre lo ocurrido dentro de las 48 horas del parto en la Clínica Reñaca, el 21 de noviembre del año pasado.
Según menciona el abogado Pérez, la ficha clínica da cuenta que el parto ocurrió a las 6.45, y cerca del mediodía del 22 de noviembre, la mujer fue dada de alta. Esa misma noche, el bebé habría sido sacrificado.
"Una vez de alta trasladan a Natalia a la casa de Mantagua. Por orden de Antares la rapan, para eliminar las energías negativas tras parir al Anticristo. Luego es trasladada a Los Andes, y en la tarde, a eso de las 19 horas se van a Colliguay", dice Pérez, según el relato de Guerra.
La nueva versión de Natalia Guerra, da cuenta que el asesinato ocurrió dentro de las primeras 48 horas de vida del menor. Situación que para la defensa de la mujer es trascendental para modificar la figura penal de parricidio a infanticidio.
"Cuando ella presta declaración ante la PDI, sin asesoramiento jurídico, establece el día 23 como el día de los hechos, pero no estaba clara con la fecha. En la primera declaración, Natalia estaba bajo una tremenda presión por revelar el pacto secreto", dijo Pérez.
Demostrar que se trató de un infanticidio y no de un parricidio, se traduciría en una importante rebaja en el castigo para la imputada, pues la pena máxima que arriesga disminuye de presidio perpetuo calificado a 15 años de cárcel.
Para ello, el abogado Claudio Pérez solicitó al Ministerio Público que tome declaración a la madre del bebé asesinado.