Histórico

La exigente vida en los colegios de la elite coreana

Las jornadas suelen extenderse hasta pasadas las 10 de la noche.

En tan sólo  tres  décadas, Corea del Sur pasó de ser uno de los países peor evaluados en rendimiento escolar a ocupar los primeros lugares en pruebas internacionales, como Timss o Pisa. No es de extrañar, entonces, que la meta de colocar a sus jóvenes en las mejores universidades del mundo se haya vuelto casi una obsesión para las familias. Por lo menos, para las que pertenecen a los niveles de más altos ingresos. Y la exigente vida en dos de los colegios más prestigiosos de Seúl así lo demuestran.

El Daewon Foreign Language High School y el Korean Minjok Leadership Academy son dos establecimientos que buscan educar a la elite política y económica de Corea del Sur. O "formar líderes globales", como asegura a La Tercera Eric Cho, director del Counseling College de Daewon. Los hijos del hombre más rico de Corea, Lee Kun-hee, o del ex candidato a la Presidencia, Cheng Dong-young, egresaron de sus  aulas. 

Y para esto, a los programas de estudio regulares -enfocados en las universidades coreanas-, ambos establecimientos han agregado planes especiales. "Cuando postulas, decides a qué tipo de universidades quieres ir. Yo iré a planteles extranjeros", dice Hyungee (18), estudiante de último año de Minjok. 

En ese colegio, pertenecer al grupo que partirá al extranjero significa que, con la excepción de lenguaje e historia, todas las clases son en inglés. Pero, además, los estudiantes deben estudiar un tercer idioma (chino, francés o español). También deben diseñar sus planes de acuerdo con sus intereses. Por ejemplo, quienes quieren dedicarse a ciencias estudian mecánica cuántica, microbiología o paleontología, mientras los matemáticos se dedican a la teoría de los números o el cálculo.

Todos visten la ropa tradicional coreana, practican taekwondo o tocan la daegum (flauta de bambú típica de ese país) y las clases se realizan en antiguos edificios a la usanza oriental, que se emplazan en 1,2 millones de metros cuadrados. En Daewon, el currículo y las clases son en coreano, pero los alumnos deben estudiar tres idiomas: inglés (obligatorio), chino, japonés, francés, alemán o español.

BUS ESCOLAR NOCTURNO

En Minjok, a 130 kilómetros de Seúl, la jornada parte a las 8.30 y los estudiantes ayudan en la limpieza como una forma de inculcarles el sentido de responsabilidad. Viven ahí durante el semestre. Sólo viajan a casa en vacaciones, esto es, en enero, pues el año académico se extiende entre febrero y diciembre. El colegio cuenta con un edificio para albergar a las familias, que pueden visitar a sus hijos los domingos, único día no hábil de la semana.

En Daewon, todos viajan a casa al finalizar el día. Pero en ambos establecimientos, pese a que las clases formales terminan entre 15.30 y 17.30, la jornada se extiende hasta altas horas de la noche. En Daewon, la mayoría se queda estudiando o haciendo trabajos hasta que el bus escolar los recoge a las 22.30 horas. "La escuela nos da libertad para hacer lo que queramos después de la jornada escolar, que termina a las 17.30. Generalmente, estudiamos por cuenta propia o hacemos alguna investigación en un área en la que estemos interesados", cuenta Huyngee.

"Hasta mis peores alumnos son excelentes. A las dos de la mañana me mandan mails con las dudas que tienen, les contesto y cuando me levanto a las 6, me encuentro con una lista de correos que me han enviado a las cinco de la mañana", cuenta Joseph Foster, un profesor norteamericano que hace clases en Daewon. Las manifestaciones amorosas están prohibidas. No es que se les impida pololear, pero no pueden darse abrazos o besos en público. 

Pero, al parecer, todos los esfuerzos han valido la pena: Mientras Minjok ha aportado 156 estudiantes a Harvard, Yale, Columbia y el MIT, Daewon ha enviado a otros 249 a Duke, Cornell, Harvard, Stanford y Carnegie Mellon.

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