Fueron 25 soldados miembros del cuerpo de elite norteamericano Navy Seals los que llevaron a cabo la denominada "Operación Gerónimo", que terminó con la captura y muerte del ex líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden el 2 de mayo de 2011. De ellos, solo unos pocos siguen con vida según señala el diario El Mundo, tras la muerte del marine Brett D. Shadle en un choque de su paracaídas.

Sin embargo, lo que podría ser un hecho fortuito, se podría denominar como "maldición", al ver el destino que han tenido los 25 miembros del equipo que entró a la casa donde se ocultaba el ex líder de Al Qaeda.

Esta "maldición", habría comenzado tres meses después de la "Operación Gerónimo". En agosto de 2011 fue derribado un helicóptero de la OTAN en el que viajaban algunos miembros de los Navy Seals. Según informó en ese momento el presidente afgano Hamid Karzai, los talibanes aseguraron haber disparado contra el helicóptero. Por su parte, Estados Unidos nunca confirmó que los Seals que fallecieron en ese incidente fueran los mismos que dieron muerte a Bin Laden.

En tanto, en febrero de este año, el soldado que mató a Bin Laden declaró estar sin pensión ni seguro médico tras retirarse del Ejército, además de tener que pagar 500 dólares mensuales por la cobertura médica de los tratamientos que debe seguir tras dejar la guerra.

A pesar de que tras la operación que terminó con la vida de Bin Laden, el gobierno de Estados Unidos se mostró preocupado por la seguridad de los miembros del equipo de Navy Seals, el ex soldado que dio muerte al ex líder de Al Qaeda declaró que su familia se encuentra en proceso de cambio de nombre debido a que no posee ningún tipo de protección gubernamental.

El 2 de mayo de 2011 los miembros del grupo de elite entraron en el escondite de Osama bin Laden, dando muerte además a uno de sus hijos, dos hombres y una mujer que fue usada como escudo humano.