Cada 1,5 segundos un avión Airbus despega o aterriza en alguna parte del mundo", dice Carlos Alcántara, director de entregas del modelo A320 de la mayor compañía fabricante de aviones en el mundo, dando cuenta de la magnitud de la industria aeronáutica en la actualidad.

Alcántara es uno de los 15 mil empleados que tiene la planta de ensamblaje de Airbus en Hamburgo, Alemania, la tercera de mayor producción a nivel global. Para llegar a las instalaciones de la empresa, que se ubica a 25 kilómetros aproximadamente de la ciudad que posee poco menos de 2 millones de habitantes, hay que sortear varios puentes de distintos tamaños que conectan la zona terrestre entre los diversos canales y ríos que copan Hamburgo, y que hacen de esta ciudad alemana el segundo puerto más grande de Europa, solo superado por el de Róterdam

Una vez ahí, la gran extensión de la superficie de la planta, que contempla por ejemplo tres líneas internas de buses para el traslado de sus empleados entre las distintas áreas, ferrys propios que llegan desde el río para ayudar a la llegada de los trabajadores que viven más lejos, e innumerables estacionamientos de bicicletas, dan cuenta en parte del cada vez más dinámico mundo del tráfico aéreo.

Y es que, de hecho, la firma -que tiene más de 300 clientes alrededor del mundo- solo este año proyecta la entrega de 720 nuevos aviones y ya tiene una cartera de pedidos por más de 1.000 millones de euros, entre los cuales están los 70 nuevos aviones solicitados por JetSmart, la compañía aérea con un modelo de ultra bajo costo (low cost) y que opera en Chile desde julio pasado. Se estima que los 56 Airbus A320 y 14 Airbus A321, ambos con la nueva tecnología Neo que implica más eficiencia en el uso del combustible, serán entregados entre 2021 y 2026.

El montaje de un A320 (la especialidad de la planta en Hamburgo) toma en total un mes, pero el plazo desde la fabricación de la primera pieza hasta que queda listo para entrega es de 1 año. Esto dado que se debe realizar el montaje estructural y el equipamiento de las secciones del fuselaje, con artículos que llegan desde distintos lugares del mundo, y luego el montaje final, que incluye el pintado final del avión.

En cambio, en el caso del A380 de Airbus (el más grande en capacidad), la planta de Hamburgo solo contempla el ensamblaje del montaje estructural y de fuselaje trasero, para luego realizar el montaje final en Toulouse, Francia, hasta donde se envía la nave en un barco de carga especial para esto. Sin embargo, esta aeronave regresa nuevamente a Hamburgo para el pintado final, de acuerdo a lo solicitado por los clientes.

El factor clase media

A pesar de la inmensa capacidad instalada de Airbus considerando la dinámica de la industria, y que implica por ejemplo que en la planta el trabajo sea 24/7 con turnos -dadas algunas labores que no permiten detenciones, como el pintado-, las proyecciones apuntan a una demanda mayor.

Según la última Previsión Global de Mercado de Airbus (conocida como GMF), se espera que entre 2017 y 2036 la región de Latinoamérica y el Caribe necesiten 2.677 aviones nuevos (de pasajeros y carga) para satisfacer la demanda. Esto implicaría que se requerirían aproximadamente 2.084 aviones de pasillo único (como los A320 que opera JetSmart) y 593 de doble pasillo.

¿La razón? Según Airbus el incremento de la clase media a nivel mundial sería el motor de este fenómeno, estimando que a 2036 este grupo alcanzaría los 500 millones de personas.

Es por eso, además, que los cálculos de la compañía apuntan a que el tráfico nacional (dentro de cada país) e intrarregional crecería un 4,8% anual de aquí a nueve años.

Esto sin considerar además que las cifras de la aviación dan cuenta de un mercado en el que el tráfico se duplica cada 15 años (actualmente en torno a 3.600 millones de pasajeros anuales).

Estuardo Ortiz, Chief Executive Officer de JetSmart explica que la aerolínea "tiene una clara visión de largo plazo, ya que de cientos de millones de personas, solo algunos vuelan en avión y JetSmart busca explotar un mercado que hoy no existe, no quitar mercado a la competencia. Son distintos".

En cuanto los beneficios del modelo low cost, Ortiz enfatiza que "el beneficio más inmediato es el precio, y eso se notó en septiembre pasado. JetSmart está dinamizando el mercado chileno, ya es una realidad que cualquiera puede viajar en avión".

Actualmente la línea aérea cuenta con una flota de tres aviones nuevos Airbus 320 (los que se diferencian por tener una ave autóctona de la región pintada en su cola), a los que se sumarán esta semana dos nuevos aviones, bautizados como "cóndor" y "gaviota"."Con la venida de estas dos aeronaves, será la flota más nueva de Latinoamérica. La ventaja de esto es que al cliente le da una experiencia diferente, con la mejor tecnología al día de hoy, no de hace 10 años. Como los asientos son alemanes, el diseño permite que la gente vaya más cómoda, dejando de lado la falsa idea de que un low cost es incómodo" dice Ortiz.