A ESCENA llamó la atención a todos quienes, durante la tarde del miércoles, caminaban por el barrio Meiggs de Estación Central. Una mujer de cabellera rubia y vestida con una polera blanca con el logo de la PDI gritaba por teléfono que se estaba enfrentando a un comerciante "brusco" y que necesitaba la inmediata asistencia de un carro policial.
Si bien, a primera vista, la imagen podría corresponder a una detective en apuros, la realidad era diametralmente opuesta. La mujer no era una policía, sino una avezada estafadora. El comerciante no era el agresor, era la potencial víctima. La ropa no era de la PDI, dado que la había mandado a hacer. Y ella tampoco era rubia: usaba una peluca.
El caso quedó al descubierto gracias a que esa situación la observó un detective de la Brigada Investigadora de Robos (Biro) Occidente, quien estaba de día libre comprando útiles escolares para su hijo. El policía se acercó a ver lo que estaba pasando y comprobó que la mujer no tenía ninguna placa ni identificación oficial de la PDI. También determinó que el supuesto nombre de la funcionaria, Mariana Goullarth, era una fachada. Su identidad real era Carolina Toledo Pastene, de 30 años y residente de Monte Patria, IV Región.
El subprefecto Richard Bórquez, jefe de la Biro Occidente, indicó que Toledo "estaba discutiendo con alguien de un local comercial establecido. Esta tipa le estaba consultando y exigiendo las boletas y facturas de la mercadería que tenía ahí para la venta. El comerciante respondió que debía tener alguna orden para pedirlo". Bórquez agregó que "en ese momento, la mujer le pidió el carné de identidad y hace simular, con su teléfono celular, que estaba pidiendo cooperación. Dijo: 'Atento, central, necesito cooperación. Comerciante brusco impide procedimiento, manden una camioneta para incautar todas las especies'".
El subprefecto relató que "este comerciante se dio cuenta de que ella no era policía. La trató de retener y a ella se le corrió una peluca amarilla. En ese momento, el detective que estaba presente toma el procedimiento por flagrancia. Ahí ella declara que no es policía".
La indagación de los detectives ha determinado que el modus operandi de la mujer consiste en que "hace falsos procedimientos para incautar las especies y después reducirlas para obtener beneficio propio", dijo Bórquez.
Según los registros policiales, esta no es la primera vez que Carolina Toledo se hace pasar por una funcionaria de la PDI. El jefe policial indicó que "fue detenida en octubre de 2013 por los detectives de Copiapó, por el mismo modus operandi, y más grave, porque ahí entró a una casa y después a un colegio a entrevistar a unas psicopedagogas, preguntándoles por unos niños. Creo que desde esa fecha ya lo ha hecho varias veces".
Según han podido reconstruir los detectives, después de esta detención, Toledo se trasladó a vivir a Santiago, donde estuvo trabajando en un café en el sector céntrico de la capital. Fue en ese período cuando comenzó a usar el nombre de Mariana Goullarth.
En esta nueva ocasión, los detectives estaban muy interesados en saber cómo la mujer había obtenido la polera de similares características a las que usan los detectives reales. La primera pista que obtuvieron era que habían sido adquiridas en un local de Coquimbo. El subprefecto Bórquez indicó que "detectives de la zona fueron para allá para saber si había más poleras. Pero no, solamente fueron las dos que ella mandó a hacer. Manifestó al locatario que ella era doctora de la PDI y necesitaba estas poleras para trabajar durante el verano". Toledo iba a ser formalizada por el delito de usurpación de funciones y atribuciones de empleados públicos y judiciales.
Esta no es la primera vez que los policías descubren a delincuentes realizando ilícitos vestidos con uniformes policiales. El miércoles, en el sector sur de Santiago, se detuvo a un grupo que usaba vestimenta similar a la de la PDI. Además, los detectives también han capturado a un estafador que cobraba cheques falsos vestido de gendarme.